JUSTIFICACIÓN
Hay momentos en
que se debe pensar en ordenar lo hecho a largo del camino de la vida, tanto
para recordar actividades que han dejado su poso en la memoria como para
facilitar la tarea a posibles continuadores de aquello que no se ha terminado o
de aquello que otros pueden mejorar.
Este trabajo de
recopilación de artículos técnicos e históricos, pues en estos dos capítulos
los he agrupado, son el resultado de muchos años de trabajo pero de su lectura
se deduce que hay algunas cosas comunes a todos ellos, algo que ahora quiero
resaltar, y que ofrezco al lector como un reducido resumen de cuál ha sido el
camino que he intentado seguir.
Vaya por delante
la triste opinión que tengo de la eficacia divulgadora de los textos publicados
en revistas técnicas, al menos en lo que a mis artículos se refiere, ya que he
llegado a la conclusión de que salvo aquellos muy interesados en un tema
concreto generalmente solo se “hojean” las revistas técnicas que llegan a
nuestras manos.
Alguien puede
pensar, muy acertadamente, que ello se
debe a falta de interés de los temas tratados o a falta de competencia del
presentador pero, en mi larga vida profesional, he tenido ejemplos que me
reafirman en contra de los que así opinan.
Sirva de ejemplo
el trabajo publicado sobre los 20 años de vida de la puerta del dique de
Matagorda. Esa complicadísima estructura, que me vi obligado a proyectar en
solitario, después de un cursillo en Glasgow y otro en Boston, tenía un plan de
revisiones, sobre todo en lo referente a pintura y juntas de estanqueidad, de
20 años. Pues bien a los 30 años viendo que la puerta no se revisaba, al menos
previo desmontaje de la misma, publiqué el artículo, al que hago referencia, en
la Revista Ingeniería Naval.
Pues bien solo
tuve una consulta sobre el tema, procedente de un compañero ya fallecido,
aunque pienso que había muchos puntos técnicos, económicos y hasta políticos
que reclamaban que alguien se sintiera señalado públicamente, y ¡hasta
reclamara aclaración sobre el tema!.
Otros temas
técnicos que reproduzco hacen referencia a temas que fueron de actualidad en un
momento determinado. Especial amplitud ocupa en este trabajo y en mi vida
profesional todo lo referente a la incineración de residuos y a la generación
de agua potable. En este tema trabajé, junto a mi compañero y amigo Luis Godino
Pardo, y ¡hasta llegamos a efectuar el anteproyecto de un barco! que se pensaba
construir en Valencia para una importante naviera dentro del plan de plantas
generadoras de agua que planteaba el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero. El
trabajo no se llevó a efecto pero considero que alguna vez volverá a presentarse
la ocasión en que vuelva a ser interesante el desarrollo de tan curioso tema a
pesar de que hay factores constantes que lo limitan tales como la carestía del
producto y la incomprensión política.
Cito por último,
un tema que me ocupó mucho tiempo tal cual fue la posibilidad de navegar por el
rio Ródano. Para conocer el rio me embarqué en una gabarra petrolera desde
Marsella a Lion. El asunto era que una empresa asturiana había contratado la
fabricación de tres series de elementos de calderería, cada serie tenía 72
elementos de 25 toneladas de peso y de 125 m.cub de tamaño unitario, destinados
a la Central de Enriquecimiento de Uranio, EURODIF, que se estaba construyendo
en Tricasten, al sur de Lion. Había que desarrollar un barco capaz de llevar
estas piezas desde Gijón a Tricasten dado que las autoridades francesas negaron
el permiso para el transporte por carretera. Así nació el proyecto que
denominamos “Sea-River-Ship” y que
sirvió para la construcción de dos barcos en los astilleros de Emden, República
Federal de Alemania, ya que los astilleros españoles, embarcados en sus
proyectos de revisión de empleo, se negaron a construirlos. Se ha escrito algo
sobre este tipo de transporte, muy interesante desde la apertura del canal de
Mondragón, [1]
que permite ampliar el servicio de barcazas fluviales, que cubre el centro
de Europa, con embarcaciones con puertos de partida y destino marítimos lo que
algún día puede ser interesante como lo fue en nuestro caso.
Entre los
artículos sobre organización presento un trabajo sobre subcontratación de
trabajos en el que doy mi opinión aunque ya jubilado, del todo, como ingeniero
naval empujado por las nuevas tecnologías que dejan atrás hasta nuestros
sistemas de cálculo y en desacuerdo con las actuales tendencias de dirección de
empresa, plenas de un liberalismo deshumanizado, que puede ser o no ser
conveniente, pero que me niego a compartir y que me considero incapaz de rebatir.
Dentro de este
periodo incorporo diversos trabajos históricos centrados, principalmente, en la
historia naval de España durante los siglos XVII y siguientes. Esta fase nace
como consecuencia de mi colaboración en diversas actividades relacionadas con
el Museo Naval de Madrid y con organismos de la Armada española.
Son artículos, no
solo históricos sino también de opinión, respetando siempre una idea básica de
que todo escrito sobre un episodio histórico no solo debe ser verdadero en lo
que se dice sino también debe estar escrito con lápiz neutral, ni rojo ni azul,
no debe ocultar la verdad si esta es una parte fundamental del resultado de la
opinión que el lector deduzca de la lectura.
Siguiendo el
sistema que he indicado conviene señalar lo que intento defender cuando me
introduzco en un campo ajeno, aunque no vedado, como es el estudio de la
historia.
Que nadie espere
leer en esta recopilación de artículos un homenaje o un alago a la masonería,
al comunismo o a otra organización de las muchas que no son de mi cuerda; ni el
uso de la mentira como arma contra ellos, ni siquiera el desprecio como el
demostrado a los franceses, durante el sitio de Cádiz, cuando reciben al
embajador británico y le ponen una bandera francesa como alfombra, gesto tan
lejano al mostrado en el famoso cuadro de “Las Lanzas” [2] que hace referencia
a otros momentos de nuestra historia.
Desde mi humilde
atalaya he procurado defender mis ideas y sentimientos que, no siempre,
encuentran seguidores pero que pienso que son el camino que es necesario seguir
si queremos servir a una sociedad justa denominando como tal a una sociedad en
que se respeten los derechos naturales del hombre. Una sociedad en que impere
la justicia social y una democracia verdadera, con una clara división de los
tres poderes en que se divide la organización de toda nación civilizada. Una
sociedad, en resumen, que como decía una vieja canción …camine hacia Dios. [3]
Dos temas han
sido recurrentes en mi aportación, uno el análisis de la biografía de un
controvertido personaje que habiendo alcanzado el grado de teniente general de
la Armada fue sometido, en su larga vida, a dos juicios militares. Me refiero
al general José Justo Salcedo.El segundo tema que he usado en mis trabajos se
refiere a los acontecimientos ocurridos en Cádiz durante los siglos XVIII y
siguientes. En especial lo referente a la península de Matagorda, al castillo y
astillero que posteriormente en ella existía, doble función para el servicio a
la Patria, el trabajo y la defensa.
En estos
artículos se notará un respeto a la Patria, con mayúscula, a esa unidad de
destino que configuró en el mundo una gran empresa colectiva, en la que
transcurre nuestra vida. Pero espero que el lector comparta conmigo los pensamientos
de aquel que nos decía que si el
patriotismo fuera la ternura afectiva, no sería el mejor de los humanos amores.
Los hombres cederían en patriotismo a las plantas, que les ganan en apego a la
tierra.[4]
Habrá extrañado,
al avezado lector, que se dedique dos artículos a Matagorda, publicados en una
importante revista tal cual es Revista de
Historia Naval, editada por el Instituto de Historia y Cultura Naval de la
Armada española. Y eso que considerando muy acertadas las palabras que cito de
Benito Pérez Galdós cuando se asombra de la importancia que los franceses
conceden a la batalla del Trocadero, lo que en la realidad fue un encuentro
entre dos regimientos, y que se podían aplicar al castillo y al astillero de
Matagorda. Pero hay dos razones: la primera es afectiva, es un poco contraria a
lo que he expresado como mi idea de Patria, es el lugar en que serví a mi
Patria como ingeniero y donde completé mi formación profesional. La segunda es
distinta, uso lo que me enseña la historia de Matagorda, campo de batalla y
campo de trabajo, para protestar por la injusticia de un pueblo sometido a una
constante tiranía. En la que unos pocos nos convirtieron en sus servidores
engañándonos con leyes y normas, que algunos llamaron Constituciones, y que
sirvieron para exprimir el jugo de un pueblo.
Pero no se ha
llegado al final. Ni la muerte es el final ni lo puede ser el sometimiento de
un pueblo a unas normas de gobierno cuyo vector direccional carece de
componente positivo en su proyección sobre el camino conveniente. Esto es
aplicable a lo político y social, en donde se nos quiere transformar siguiendo
caminos que nuestra brújula señala como ajenos a nuestro interés como pueblo, e
incluso a lo referente a la economía que se quiere levantar con crudos sistemas
liberales, democráticos los llaman, salidos de pactos desconocidos en su
totalidad, que reorganizan la industria suprimiéndola.
Esta presentación de artículos y conferencias del
autor comienza con un artículo que denominaríamos de presentación del autor,
escrito por una persona emblemática de la época para el autor y para España.
Nos referimos al sacerdote jesuita José María de Llanos [5] persona
desconocida por muchos que de él opinan y cuya influencia en el autor y en la
juventud española de la mitad del siglo pasado fue importante.
El artículo en
cuestión trata sobre una de las ideas, entonces extrañas, que teníamos
intentando hermanar la universidad y la vida laboral. Fueron 30 los voluntarios
para trabajar en una mina de oro en Rodalquilar, Almería, donde contábamos con
la colaboración del director de la mina, otro de los muchos amigos del P. Llanos,
Ramón de Rotaeche quien nos facilitó el trabajo y el anonimato. De aquellos 30
voluntarios, después de un riguroso examen médico, quedamos tres, estudiantes
uno de Veterinaria, otro Derecho y otro de Ingeniería, comprometidos a vivir
exclusivamente del sueldo del minero y de sus sistemas sociales. Sin ayuda
alguna exterior, sin más cosas que las que cabían en nuestro macuto de
montañeros o nuestra tienda de campaña que seleccionamos como hábitat.
Sirva, también,
el importante articulo para enseñar a algunos y recordar a otros, cual era la
actividad y formación que se daba en Campamentos y Centurias, lejos, muy lejos,
de la idea generalmente reinante.
= = = =
[1] El Canal de Mondragón abierto en 1952
comienza entre Donzère, en el Drôme, y termina en Mondragón, en Vaucluse, con
una longitud de 24 km. Permitiendo la navegación de embarcaciones con una
eslora máxima de 190 m. y una manga máxima de 11,40 m. En él se encuentra la
esclusa mayo de Francia, que permite salvar un desnivel de 23 m., y que se
emplea como alimentación de agua de refrigeración para las cuatro centrales
nucleares y el complejo industrial de enriquecimiento de uranio situado en
Tricasten.
[2] Este
famoso cuadro se denomina “La Rendición de Breda” y fue pintado por Diego
Velázquez en 1634/1635 y se conserva en el Museo del Prado de Madrid. El
episodio al que se hace referencia de detalla en el artículo Matagorda: Baluarte gaditano.
[3] De
aquella canción, cuya letra es de Pilar García Noreña, son los versos
siguientes: …caminando hacia Dios. Quiero
levantar mi Patria… Las canciones de
aquel entonces hablaban de la muerte, de la entrega al ideal hasta la muerte
pero, curiosamente, nunca se hablaba de matar. Ese pensamiento lo vemos
reflejado en la actuación del almirante Salcedo cuando, a lo largo de su vida,
mantuvo un enorme respeto a la vida de sus subordinados lo que,
desgraciadamente, no observó Gravina en Trafalgar dejando a España sin escuadra
y a esta llena de héroes, mártires y accidentados, que de todo hubo en aquel
acontecimiento.
[5]
José María de Llanos S.J. para unos fue un falangista cuando en realidad
utilizaba su posición de capellán de campamentos del Frente de Juventudes para
ejercer su acción de apostolado en un campo fértil de vocaciones. Para otros
fue un comunista por su apoyo y ayuda al submundo del Pozo del Tío Raimundo
cuando en realidad practicaba, a su modo apasionado, la caridad con el perseguido
y el marginado. Para el autor, después de 2 años de intima convivencia en un
Colegio Universitario con 12 internos, fue un “sacerdote jesuita” al que jamás
escuché una opinión política, que recibía lo mismo al monárquico Ruiz
Gallardón, que a los ministros de Franco, que a los “antisistema” de aquel
tiempo a los que a todos hablaba de Servicio, de la Patria y de Dios. Aquel
Colegio, cuyo lema era “in novitate vitae ambulemus” fue germen de muchas ideas
y de vidas importantes. De aquellos doce hasta nació un Cardenal de la Iglesia
pero, también, como decía el Padre Llanos “teníamos que contar con nuestro
Judas”.
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