jueves, 18 de diciembre de 2014

TEMAS NAVALES. 1º.- JUSTIFICACIÓN

JUSTIFICACIÓN

Hay momentos en que se debe pensar en ordenar lo hecho a largo del camino de la vida, tanto para recordar actividades que han dejado su poso en la memoria como para facilitar la tarea a posibles continuadores de aquello que no se ha terminado o de aquello que otros pueden mejorar.
Este trabajo de recopilación de artículos técnicos e históricos, pues en estos dos capítulos los he agrupado, son el resultado de muchos años de trabajo pero de su lectura se deduce que hay algunas cosas comunes a todos ellos, algo que ahora quiero resaltar, y que ofrezco al lector como un reducido resumen de cuál ha sido el camino que he intentado seguir.
Vaya por delante la triste opinión que tengo de la eficacia divulgadora de los textos publicados en revistas técnicas, al menos en lo que a mis artículos se refiere, ya que he llegado a la conclusión de que salvo aquellos muy interesados en un tema concreto generalmente solo se “hojean” las revistas técnicas que llegan a nuestras manos.
Alguien puede pensar, muy acertadamente,  que ello se debe a falta de interés de los temas tratados o a falta de competencia del presentador pero, en mi larga vida profesional, he tenido ejemplos que me reafirman en contra de los que así opinan.
Sirva de ejemplo el trabajo publicado sobre los 20 años de vida de la puerta del dique de Matagorda. Esa complicadísima estructura, que me vi obligado a proyectar en solitario, después de un cursillo en Glasgow y otro en Boston, tenía un plan de revisiones, sobre todo en lo referente a pintura y juntas de estanqueidad, de 20 años. Pues bien a los 30 años viendo que la puerta no se revisaba, al menos previo desmontaje de la misma, publiqué el artículo, al que hago referencia, en la Revista Ingeniería Naval.
Pues bien solo tuve una consulta sobre el tema, procedente de un compañero ya fallecido, aunque pienso que había muchos puntos técnicos, económicos y hasta políticos que reclamaban que alguien se sintiera señalado públicamente, y ¡hasta reclamara aclaración sobre el tema!.
Otros temas técnicos que reproduzco hacen referencia a temas que fueron de actualidad en un momento determinado. Especial amplitud ocupa en este trabajo y en mi vida profesional todo lo referente a la incineración de residuos y a la generación de agua potable. En este tema trabajé, junto a mi compañero y amigo Luis Godino Pardo, y ¡hasta llegamos a efectuar el anteproyecto de un barco! que se pensaba construir en Valencia para una importante naviera dentro del plan de plantas generadoras de agua que planteaba el Gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero. El trabajo no se llevó a efecto pero considero que alguna vez volverá a presentarse la ocasión en que vuelva a ser interesante el desarrollo de tan curioso tema a pesar de que hay factores constantes que lo limitan tales como la carestía del producto y la incomprensión política.
Cito por último, un tema que me ocupó mucho tiempo tal cual fue la posibilidad de navegar por el rio Ródano. Para conocer el rio me embarqué en una gabarra petrolera desde Marsella a Lion. El asunto era que una empresa asturiana había contratado la fabricación de tres series de elementos de calderería, cada serie tenía 72 elementos de 25 toneladas de peso y de 125 m.cub de tamaño unitario, destinados a la Central de Enriquecimiento de Uranio, EURODIF, que se estaba construyendo en Tricasten, al sur de Lion. Había que desarrollar un barco capaz de llevar estas piezas desde Gijón a Tricasten dado que las autoridades francesas negaron el permiso para el transporte por carretera. Así nació el proyecto que denominamos “Sea-River-Ship” y que sirvió para la construcción de dos barcos en los astilleros de Emden, República Federal de Alemania, ya que los astilleros españoles, embarcados en sus proyectos de revisión de empleo, se negaron a construirlos. Se ha escrito algo sobre este tipo de transporte, muy interesante desde la apertura del canal de Mondragón, [1] que permite ampliar el servicio de barcazas fluviales, que cubre el centro de Europa, con embarcaciones con puertos de partida y destino marítimos lo que algún día puede ser interesante como lo fue en nuestro caso.
Entre los artículos sobre organización presento un trabajo sobre subcontratación de trabajos en el que doy mi opinión aunque ya jubilado, del todo, como ingeniero naval empujado por las nuevas tecnologías que dejan atrás hasta nuestros sistemas de cálculo y en desacuerdo con las actuales tendencias de dirección de empresa, plenas de un liberalismo deshumanizado, que puede ser o no ser conveniente, pero que me niego a compartir y que me considero incapaz de rebatir.
Dentro de este periodo incorporo diversos trabajos históricos centrados, principalmente, en la historia naval de España durante los siglos XVII y siguientes. Esta fase nace como consecuencia de mi colaboración en diversas actividades relacionadas con el Museo Naval de Madrid y con organismos de la Armada española.   
Son artículos, no solo históricos sino también de opinión, respetando siempre una idea básica de que todo escrito sobre un episodio histórico no solo debe ser verdadero en lo que se dice sino también debe estar escrito con lápiz neutral, ni rojo ni azul, no debe ocultar la verdad si esta es una parte fundamental del resultado de la opinión que el lector deduzca de la lectura.
Siguiendo el sistema que he indicado conviene señalar lo que intento defender cuando me introduzco en un campo ajeno, aunque no vedado, como es el estudio de la historia.
Que nadie espere leer en esta recopilación de artículos un homenaje o un alago a la masonería, al comunismo o a otra organización de las muchas que no son de mi cuerda; ni el uso de la mentira como arma contra ellos, ni siquiera el desprecio como el demostrado a los franceses, durante el sitio de Cádiz, cuando reciben al embajador británico y le ponen una bandera francesa como alfombra, gesto tan lejano al mostrado en el famoso cuadro de “Las Lanzas” [2] que hace referencia a otros momentos de nuestra historia.
Desde mi humilde atalaya he procurado defender mis ideas y sentimientos que, no siempre, encuentran seguidores pero que pienso que son el camino que es necesario seguir si queremos servir a una sociedad justa denominando como tal a una sociedad en que se respeten los derechos naturales del hombre. Una sociedad en que impere la justicia social y una democracia verdadera, con una clara división de los tres poderes en que se divide la organización de toda nación civilizada. Una sociedad, en resumen, que como decía una vieja canción …camine hacia Dios. [3]
Dos temas han sido recurrentes en mi aportación, uno el análisis de la biografía de un controvertido personaje que habiendo alcanzado el grado de teniente general de la Armada fue sometido, en su larga vida, a dos juicios militares. Me refiero al general José Justo Salcedo.El segundo tema que he usado en mis trabajos se refiere a los acontecimientos ocurridos en Cádiz durante los siglos XVIII y siguientes. En especial lo referente a la península de Matagorda, al castillo y astillero que posteriormente en ella existía, doble función para el servicio a la Patria, el trabajo y la defensa.
En estos artículos se notará un respeto a la Patria, con mayúscula, a esa unidad de destino que configuró en el mundo una gran empresa colectiva, en la que transcurre nuestra vida. Pero espero que el lector comparta conmigo los pensamientos de aquel que nos decía que si el patriotismo fuera la ternura afectiva, no sería el mejor de los humanos amores. Los hombres cederían en patriotismo a las plantas, que les ganan en apego a la tierra.[4]
Habrá extrañado, al avezado lector, que se dedique dos artículos a Matagorda, publicados en una importante revista tal cual es Revista de Historia Naval, editada por el Instituto de Historia y Cultura Naval de la Armada española. Y eso que considerando muy acertadas las palabras que cito de Benito Pérez Galdós cuando se asombra de la importancia que los franceses conceden a la batalla del Trocadero, lo que en la realidad fue un encuentro entre dos regimientos, y que se podían aplicar al castillo y al astillero de Matagorda. Pero hay dos razones: la primera es afectiva, es un poco contraria a lo que he expresado como mi idea de Patria, es el lugar en que serví a mi Patria como ingeniero y donde completé mi formación profesional. La segunda es distinta, uso lo que me enseña la historia de Matagorda, campo de batalla y campo de trabajo, para protestar por la injusticia de un pueblo sometido a una constante tiranía. En la que unos pocos nos convirtieron en sus servidores engañándonos con leyes y normas, que algunos llamaron Constituciones, y que sirvieron para exprimir el jugo de un pueblo.
Pero no se ha llegado al final. Ni la muerte es el final ni lo puede ser el sometimiento de un pueblo a unas normas de gobierno cuyo vector direccional carece de componente positivo en su proyección sobre el camino conveniente. Esto es aplicable a lo político y social, en donde se nos quiere transformar siguiendo caminos que nuestra brújula señala como ajenos a nuestro interés como pueblo, e incluso a lo referente a la economía que se quiere levantar con crudos sistemas liberales, democráticos los llaman, salidos de pactos desconocidos en su totalidad, que reorganizan la industria suprimiéndola.
Esta presentación de artículos y conferencias del autor comienza con un artículo que denominaríamos de presentación del autor, escrito por una persona emblemática de la época para el autor y para España. Nos referimos al sacerdote jesuita José María de Llanos [5] persona desconocida por muchos que de él opinan y cuya influencia en el autor y en la juventud española de la mitad del siglo pasado fue importante.
El artículo en cuestión trata sobre una de las ideas, entonces extrañas, que teníamos intentando hermanar la universidad y la vida laboral. Fueron 30 los voluntarios para trabajar en una mina de oro en Rodalquilar, Almería, donde contábamos con la colaboración del director de la mina, otro de los muchos amigos del P. Llanos, Ramón de Rotaeche quien nos facilitó el trabajo y el anonimato. De aquellos 30 voluntarios, después de un riguroso examen médico, quedamos tres, estudiantes uno de Veterinaria, otro Derecho y otro de Ingeniería, comprometidos a vivir exclusivamente del sueldo del minero y de sus sistemas sociales. Sin ayuda alguna exterior, sin más cosas que las que cabían en nuestro macuto de montañeros o nuestra tienda de campaña que seleccionamos como hábitat.
Sirva, también, el importante articulo para enseñar a algunos y recordar a otros, cual era la actividad y formación que se daba en Campamentos y Centurias, lejos, muy lejos, de la idea generalmente reinante.

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[1]  El Canal de Mondragón abierto en 1952 comienza entre Donzère, en el Drôme, y termina en Mondragón, en Vaucluse, con una longitud de 24 km. Permitiendo la navegación de embarcaciones con una eslora máxima de 190 m. y una manga máxima de 11,40 m. En él se encuentra la esclusa mayo de Francia, que permite salvar un desnivel de 23 m., y que se emplea como alimentación de agua de refrigeración para las cuatro centrales nucleares y el complejo industrial de enriquecimiento de uranio situado en Tricasten.
[2] Este famoso cuadro se denomina “La Rendición de Breda” y fue pintado por Diego Velázquez en 1634/1635 y se conserva en el Museo del Prado de Madrid. El episodio al que se hace referencia de detalla en el artículo Matagorda: Baluarte gaditano.
[3]  De aquella canción, cuya letra es de Pilar García Noreña, son los versos siguientes: …caminando hacia Dios. Quiero levantar mi Patria…  Las canciones de aquel entonces hablaban de la muerte, de la entrega al ideal hasta la muerte pero, curiosamente, nunca se hablaba de matar. Ese pensamiento lo vemos reflejado en la actuación del almirante Salcedo cuando, a lo largo de su vida, mantuvo un enorme respeto a la vida de sus subordinados lo que, desgraciadamente, no observó Gravina en Trafalgar dejando a España sin escuadra y a esta llena de héroes, mártires y accidentados, que de todo hubo en aquel acontecimiento.     
[4]  José Antonio Primo de Rivera. Revista F.E. núm.- 2. 11 enero 1934.
[5]  José María de Llanos S.J. para unos fue un falangista cuando en realidad utilizaba su posición de capellán de campamentos del Frente de Juventudes para ejercer su acción de apostolado en un campo fértil de vocaciones. Para otros fue un comunista por su apoyo y ayuda al submundo del Pozo del Tío Raimundo cuando en realidad practicaba, a su modo apasionado, la caridad con el perseguido y el marginado. Para el autor, después de 2 años de intima convivencia en un Colegio Universitario con 12 internos, fue un “sacerdote jesuita” al que jamás escuché una opinión política, que recibía lo mismo al monárquico Ruiz Gallardón, que a los ministros de Franco, que a los “antisistema” de aquel tiempo a los que a todos hablaba de Servicio, de la Patria y de Dios. Aquel Colegio, cuyo lema era “in novitate vitae ambulemus” fue germen de muchas ideas y de vidas importantes. De aquellos doce hasta nació un Cardenal de la Iglesia pero, también, como decía el Padre Llanos “teníamos que contar con nuestro Judas”.

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