domingo, 22 de febrero de 2015

TEMAS NAVALES 10.- CIRCUITO DE INFORMACIÓN Y MANDO EN UN ASTILLERO


CIRCUITO DE INFORMACIÓN Y MANDO
EN UN ASTILLERO DE TAMAÑO MEDIO ([1])
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Publicado en la revista ALTA DIRECCIÓN de Barcelona.
Año 1980


0.- INDICE
1
Ideas básicas
1.1
Nuevo medio socioeconómico
2
Aplicación a un astillero
2.1
Sistema de trabajo
2.2
Tareas especificas de la dirección
2.3
Sistemas de planificación y control de la producción
2.4
El control del avance de la obra
3
Esquemas de funcionamiento de los sistemas de planificación, control de producción e información
3.1
Documentos de trabajo del Comité de Planificación
3.2
Documentos de trabajo de la oficina de preparación de los trabajos
3.3
Documentos de trabajo de la oficina de programación y lanzamiento
3.4
Sistema de información

1.- IDEAS BÁSICAS
1.1.- Nuevo medio socioeconómico
La organización de los circuitos de mando en un astillero, y consecuentemente su feed-back, el circuito de información, han de tener en cuenta no sólo el tamaño de la unidad de producción a controlar, sino el cambiante ambiente de trabajo en que nos movemos, empezando por analizar éste para lograr una organización viva y actual.
Llamaremos astillero de tamaño medio a aquel que es capaz de resolver con éxito la construc­ción de buques de hasta 5.000 T.R.B. sin grandes sofisticaciones en su diseño, y que su rentabilidad se logra a base de trabajar unas 10.000 toneladas de acero al año, equivalentes a 6 buques de su máximo tamaño y con un valor añadido que viene definido por una inversión aproximadamente de 1.200.000 horas de trabajo productivas por año.
La cambiante situación laboral y social nos obli­ga a modificar esquemas que hasta ahora se creían inamovibles y que en algunos países se consideran como metas e incluso como avances sociales.
En las décadas de 1950 y 1960 los teóricos del comportamiento social, tales como McGregor, Hezzberg, Argyris, Maslow, Blake Mouton y Li­kert, entre otros, consideraban perfectamente di­ferenciados los mundos del trabajo y del desarro­llo social del productor; así, se consideraba que la seguridad financiera de una empresa era la base de la seguridad del trabajador, que el bene­ficio se traducía en una mejor retribución e in­cluso en un mejor y más cómodo ambiente de trabajo. Esta división en dos del mundo del hom­bre ha de ser, al menos, reexaminada a la vista de los cambios de conciencia ya iniciados en es­tos años.
Estos cambios comienzan cuando se supera la etapa en que la industria cubre las necesidades vitales que le reclama la sociedad, pasando a la etapa que se denomina «economía de consumo», y se empieza a dudar de que las metas del com­plejo industrial son las mismas, o al menos son paralelas a las metas de la sociedad; pensando' el hombre nuevo que se crea, que las prioridades in­dustriales han de ser examinadas y criticadas a la vista de los intereses de la sociedad circundante.
Según L. Foss, de Michigan, la cuestión es en realidad la presencia de un nuevo concepto que él denomina «la antirriqueza» que podríamos definir como el consumo, o mejor la transforma­ción de bienes socioecológicos en los procesos in­dustriales de creación de bienes de consumo, y cuyas fuentes son limitadas en cantidad necesa­riamente y su reposición muchas veces imposible, presentando un programa que K. Boulding deno­mina economía de astronautas frente a economía de vaqueros, imperante hasta el momento.
Es indudable que la satisfacción personal, la propia realización, según la frecuente expresión, no se puede verificar en un proceso productivo que precise de la antirriqueza. Por otro lado, la mayor exigencia de diálogo e información recla­ma a la empresa nueva unas nuevas vertientes en sus relaciones, que se encuentran con nuevos interlocutores entre los clientes, los productores y también los accionistas, profundamente impreg­nados de la nueva doctrina, e incluso con activis­tas de la idea de un cambio radical de orientación en la industria.
Una vez más se nos reclama una definición de nuestra posición que, conservando incluso las ideas de libre mercado, pese la importancia rela­tiva de los tres componentes del beneficio que, al menos por ahora, consideramos único motivo de la función empresarial y que son: La retribución del capital, el progreso industrial y el bien social
Por último, la decisión de pesar estos tres vec­tores, no descansa únicamente en la labor de unos pocos directivos, por muy preparados que estén para su tarea, sino que descansa en todo el equi­po productivo que no sólo desea la información sobre su trabajo, sino que superando incluso las actuales teorías de la participación en la tarea directiva, entra de lleno en la tarea de la respon­sabilidad de la gestión, creándose lo que A. Mas­low denomina nuevo nivel de necesidades, o las «metanecesidades» de índole moral y afectivo que tiene que poderse cubrir con la tarea encomen­dada dentro del conjunto empresarial, y que pre­sentan tantas más dificultades cuanto menos in­telectual sea la tarea que se pretenda acometer. Aun así, es preciso esforzarse en el acercamiento al fin propuesto, que posiblemente se quede corto o anticuado antes de alcanzarlo, de acuerdo con la teoría de la «revolución de las aspiraciones cre­cientes» que nos define D. Bell y que en realidad es el motor del mundo.
La nueva organización empresarial ha de enca­jar el inundo al que pertenece el nuevo productor y como consecuencia organizarse de forma que la empresa no suponga un elemento distorsionados del crecimiento humano de sus componentes.
La idea generalmente se puede centrar en diversas líneas de conducta, entre las que destacan:
- Ampliar el campo de actuación logrando que el producto final de un productor sea lo más per­fecto posible e individualizado frente a la teoría de la superespecialización que ya criticaba C. Cha­plin en Tiempos Modernos, en la década de los años 30.
- La organización ha de permitir al productor aplicar sus propias teorías sobre el método de trabajo más conveniente para alcanzar la mínima calidad perfectamente conocida por todos.
- Dentro de unos mínimos aceptables, ha de conseguirse suprimir la presión ajena sobre el ritmo de producción, siendo únicamente el pro­ductor quien marque su propio ritmo, de acuerdo con el resto de sus necesidades o metanecesidades.
Pero la nueva gestión que proponemos no se detiene en los anteriores tres puntos, que en rea­lidad pertenecen al campo interno de la empresa; el desarrollo humano nos obliga a incorporar todo el amplio mundo empresarial en tareas hasta ahora reservadas exclusivamente a los gestores o administradores.
  Todos, en cada puesto somos gestores y administradores y la empresa ha de saber integrar esas riadas de gestión y encauzarlas hacia un fin común, suprimiendo los vectores dispersores de esa labor conjunta.
Ahora bien, esa labor común no puede contraponerse a las necesidades de los otros entes sociales a los que pertenecen  los productores de la empresa y que han de respetarse por ser de orden superior al empresarial, admitiendo la nueva empresa la existencia de una ética tantas veces olvidada.
Esta incorporación de todos los niveles de la producción a todos los niveles de la decisión ha de entenderse con cuidado para no caer en el caos o en la anarquía en la que cada cual marque su propia responsabilidad y quiera pasar el resto hacia el jefe o el subordinado.
Ha de entenderse que la tarea unitaria ha de ser cada vez más completa y que esto incluye ta­reas hasta ahora reservadas a los altos niveles de la empresa, pero ha de entenderse también quela participación en tareas superiores está más cerca del derecho de información que de un intento de gobernar la empresa mediante el voto universal. La empresa ha de gobernarse aristocrá­ticamente y así el gerente no ha de salir de un voto popular, pero ha de actuar como si preci­sara todos los días de ese voto popular.
Decía alguien que sólo tienen Departamento de Relaciones Humanas las empresas que no tienen relaciones humanas y esto ha de entenderse como la recomendación de no concretar unas vías de relación entre empresa y empleados, sino sustituirlas por una perfecta compenetración de am­bos, definiendo los fines empresariales y la ética de la relación perfectamente de acuerdo con el ser participativo del empleado y con su responsa­bilidad social ampliamente dibujada.
El objetivo final planteado es lograr conjugar al unísono los tres grandes estados que inciden sobre la labor empresarial: Las necesidades de la Sociedad, los objetivos empresariales y las
necesidades y metanecesidades de los em­pleados.
Este ente idílico que hemos dibujado y que denominamos «empresa» cuenta con una fuerza, que en el planteamiento teórico no hemos considerado por superflua, llamada sindicatos. Nada más le­jos de olvidarnos intencionadamente de ellas, ya que si pueden considerarse superfluos en un esta­do teóricamente perfecto, son precisos como ele­mento de control y de policía en el avance hacia ese fin propuesto por todos.
El sindicato puede cuidar, mediante la utilización de elementos técnicos suficientes, del buen reparto de los beneficios, manteniendo el valor de los vectores que lo definen y a los que nos refe­ríamos anteriormente. El sindicato puede ser la aportación, técnicamente responsable, de la de­manda de control que los estamentos de un nivel determinado requieren ejercer sobre estamentos de superior complejidad técnica, científica o so­cial.
Un sindicato que se, organice dentro de un or­den de defensa de los intereses de la sociedad sólo puede encontrarse frente a una empresa que no haya comprendido su función social.
Los estados intermedios son los realmente di­fíciles de resolver, son algo como vivir en una casa en construcción pero, por otro lado, algo a lo que nos tenemos que acostumbrar, porque es posible que las metanecesidades se incrementen a más velocidad que la que se consiguen al resolver las actualmente presentadas, actuando la empresa en consecuencia como un ente integrado en una so­ciedad en desarrollo y a la que aporta su influen­cia en la misma medida de su importancia y res­ponsabilidad en el mantenimiento del bien común del que es parte integrante.

2.- APLICACIÓN A UN ASTILLERO
2.1.- Sistema de trabajo
La puesta en práctica de un sistema de gestión de las características del que nos ocupa puede presentar dificultades; pueden surgir incluso de la fuerza sindical, obligada por compromisos tem­porales a actuar en contra de ideas sociales avan­zadas; así, por ejemplo, pueden preferir una masi­ficación del trabajador a una situación de paro, consecuentemente con una mecanización de tra­bajos duros o repetitivos. Más fácil será la im­plantación en un nuevo astillero, pero aun aquí convendrá pactar de antemano las repercusiones que los avances tecnológicos produzcan en el per­sonal empleado, en comparación con otros cen­tros productivos semejantes, ya que puede que se invierta en la mecanización de un proceso reite­rativo y se acabe colocando además en el proce­so a un operario al que sin duda convertimos en un elemento de la máquina.
Desde el punto de vista de la subdivisión del trabajo es preciso señalar que conviene abando­nar las antiguas técnicas e incrementar la partici­pación intelectual del productor más modesto, de­jando la iniciativa del proceso y formando gru­pos que terminen unidades. Singular responsabi­lidad recae en los mandos de la empresa, que integrándose en la nueva técnica tienen que in­corporar a su tarea obligaciones sistemáticas dia­rias, mensuales y anuales, olvidando la antigua teoría patriarcal o de mero controlador, muchas veces a distancia. Hay que incrementar por ello el sentido de una responsable colaboración en to­dos los escalones del mando, para que compren­da que su tarea no sólo debe ser reclamar parti­cipación en las misiones sistemáticas de los superiores, sino también participar en las misiones sistemáticas de sus subordinados.
En general, la aplicación del nuevo modelo de trabajo significa la obligación de intentar organi­zar éste de forma que cada miembro del equipo tenga una tarea con peso específico propio, que al menos represente un trabajo con un cierto ciclo completo que permita al ejecutor conocer las ven­tajas o inconvenientes de sus posibles innova­ciones.           '
Para ello, sin duda, hay que organizar grupos de trabajo capaces de ejecutar tareas concretas y completas, buscando en esta subdivisión de los procesos de construcción un objetivo mucho más interesante que la clásica especialización en fun­ciones elementales.
Esto se puede ir concretando de forma progre­siva en función del avance social alcanzado. La organización de estos equipos de trabajo no pue­de hacerse de espaldas a la especialización que todo trabajo difícil y bien hecho requiere, no se puede efectuar olvidando las categorías laborales dentro de cada gremio, ya que son motores del progreso por ser fuentes de creación de la verda­dera iniciativa privada, dentro de cuya filosofía está escrito este trabajo. Por último, la delega­ción de autoridad, por definición, ha de respetar el debido orden de relación dentro del astillero, que ha de definirse en un necesario código de con­ducta o abreviadamente en unas normas de disci­plina de obligado cumplimiento.
Un problema típico que se presenta en un sis­tema organizativo enunciado consiste en el equi­librado reparto de la compensación económica. Un nuevo sistema de participación ha de ser desa­rrollado respetando las nuevas ideas de organi­zación. Este nuevo régimen de incentivo ha de considerar las siguientes variantes:
Tener en cuenta la participación en la pro­ducción de cada miembro de la comunidad em­presarial.
Tener en cuenta la calidad de esa partici­pación.
Respetar dentro de un orden de mínima pro­ductividad las diferentes aportaciones cuantitati­vas voluntariamente definidas por cada miembro de la comunidad.
Valorar debidamente, tanto cuantitativa co­mo cualitativamente, la importancia del trabajo dentro del conjunto productivo total, en nuestro caso el barco.

2.2.- Tareas especificas de la dirección
La nueva dirección es la responsable del asti­llero en cuanto a que este conjunto armónico cumpla con su misión, que definimos de la forma siguiente:

Permitir la realización de la personalidad de un grupo, colaborando al bien social en su faceta relacionada con el transporte naval, creando para ello los medios más idóneos en cada momento y situación.

 Su tarea se desglosa en tres grandes grupos:

2.2.1. Elaboración de objetivos
Es decir, las pre­visiones de la producción, armonizando los diferentes centros de producción. Para ello precisa de una fuente de información estadística, del mer­cado y de las nuevas técnicas, que le permita eva­luar justamente las diversas propuestas de resul­tados de los diferentes grupos de producción, coordinarlos y satisfacer las debidas inversiones propuestas.

2.2.2. Decisión de ejecución
De las actividades previstas, valorando y responsabilizándose de la puesta en marcha de cada proceso unitario pro­ductivo.

2.2.3. Decisiones correctivas
Conociendo la forma de modificar los programas de trabajo y el resul­tado que cada alternativa promete en vista de la situación que en cada caso se presenta.
Las dos herramientas que le permiten a la di­rección actuar con eficacia dentro de las tres áreas antes mencionadas se pueden materializar en dos fuentes de producción que denominamos sistemas y que son: el sistema de planificación y control de producción y el sistema de información

2.3.- Sistema de planificación y control de la producción
La idea básica desarrollada se puede concretar en una frase: «Planificar es decidir» y al consi­derar a todos los niveles de la producción con capacidad de decisión, tendremos que admitir tan­tos niveles de planificación como escalones jerár­quicos precisamos. Cada nivel de jerarquía dis­pondrá de una planificación en consonancia con su capacidad de decisión, siendo natural que al disminuir el grado de mando se modifique su libertad y,­ por tanto, se vigorice su planificación, a causa de ser más personificada la actuación y, consecuentemente, con menos posibilidades de modificación.
La planificación o la decisión es el conjunto de medidas tendentes a conseguir, con el mínimo esfuerzo de los medios productivos, la ejecución de la tarea encomendada, en el plazo y calidad requeridos, atendiendo a ejecutar estos trabajos dentro de las mejores condiciones de seguridad e higiene de los que la ejecutan.
E1 conjunto de la función de planificación es una visión, con posibilidad de corrección, sobre todo el ciclo productivo, que permita disponer del conjunto de medidas correctivas para alcan­zar el resultado.
La planificación es fruto de la falta de seguri­dad en un resultado, y tanto más necesaria cuan­to más incierto sea éste.
Las funciones que hay que desarrollar dentro de este sistema las agrupamos en la siguiente re­lación que pasamos a concretar:
2.3.1. Planeamiento de la producción.
2.3.2. Preparación de los trabajos.
2.3.3. Programación y lanzamiento.
2.3.4. Control de avance de obra.
Estas actividades productivas se complemen­tan con otras auxiliares, muchas veces desarro­lladas por oficinas técnicas ajenas a un astillero del tamaño que nos ocupa. A su vez estas actividades las agrupamos en la siguiente lista:
2.3.5. Estudios de métodos y tiempos.
2.3.6. Estudios presupuestarios.
2.3.7. Control de costes.
2.3.8. Control de almacenes y compras.
En un astillero de grado medio el motor y coor­dinador de todo este complejo organismo lo cons­tituye el Comité de Planificación, verdadero cora­zón del astillero, que absorbe la tarea encomen­dada a la función ejecutiva que se señalaba en el modelo de gestión seleccionado y que concreta­mos en:
a) Planeamiento del astillero.
b) Organización del astillero.
c) Repartición de tareas.
El comité de planificación tiene un secretario, que es el Jefe de Planificación, encargado de mantener­ las reuniones que periódicamente se progra­men, llevar a la práctica las conclusiones de las mismas y vigilar la marcha del plan general.
Son miembros permanentes del comité el Di­rector del Astillero, el Jefe del Departamento de Ventas y los representantes de la fuerza laboral. Asistirán al comité el resto de los jefes de depar­tamento, de acuerdo con el orden del día, pero las conclusiones de cada comité han de repartirse a todos los jefes de departamento, como primer es­calón de mando interno responsable hacia el in­terior de la marcha de la sociedad.
La misión del comité consiste en la definición de los grandes ratios de producción, coste y pro­ductividad relativa de cada sector del astillero, definiendo políticas de subcontratación y compras y organizando los departamentos del astillero pa­ra hacernos capaces de cumplir con los objetivos citados. Este plan general aceptado por el Direc­tor del Astillero se desglosa a cada departamento entregándole a cada uno su parcela perfectamen­te medida y valorada.

2.3.1. Planteamiento de la producción
Cronológicamente es la función primera del con­trol de producción. Para llegar a un concepto de esta función imaginemos qué preocupaciones te­nemos en el momento de saber que una obra ha de realizarse. Se plantean las siguientes cues­tiones:
1.- ¿En qué plazo tenemos que realizar la obra?
2.- Necesitamos conocer con visión de futuro los datos siguientes
Capacidad productiva de los centros de producción.
Cantidad de esta capacidad productiva que está ocupada con otras anteriores.
De la obra nueva, hemos de conocer:
a) Proceso normal de trabajo, señalando los tipos de exigencias técnicas que pueden ser mo­dificadas dentro de ciertos límites.
b) Para cada parte en que se ha dividido el trabajo se conoce su proceso normal y, por tan­to, los centros de producción que intervienen en su ejecución. Se han de conocer las cargas de tra­bajo que cada centro de producción necesita con­sumir para hacer la obra y, además, saber para cada período de tiempo qué cantidad de carga es necesario invertir.
3.-  Conocida en forma actual y provisional la situación de capacidad de producción y cargas ocupadas, así como las cargas necesarias para la nueva obra y su reparto en el tiempo, se puede encajar ésta en el conjunto de las anteriores.
Puede ocurrir:
a) Que la capacidad disponible (capacidad me­nos carga ocupada) sea suficiente en todos los pe­riodos de tiempo para obtener la carga que nece­sita el nuevo barco y esto para todos los centros de producción. En este caso la obra en estudio se incorpora a la producción sin tener que modi­ficar el método normal de trabajo que se haya considerado mejor para ejecutarla.
b) Que la capacidad disponible de todos o de alguno de los centros de producción no sea sufi­ciente en algunos de los períodos para obtener la carga que necesita la nueva obra. En este caso habrá dos alternativas:
- que pueda modificarse el proceso normal, atendiendo a las técnicas susceptibles de ser cam­biadas, y que esta modificación permita un nue­vo reparto de la carga necesaria para la obra nue­va que sea compatible con las capacidades dis­ponibles.
- que no puede modificarse el proceso (por exigencias técnicas inamovibles) o bien que, aún modificándose, no pueda ser satisfecho por la ca­pacidad disponible.
4.- Al incorporar la obra nueva a las ya planea­ las, siguiendo el esquema anterior, obtendremos:
a) Posibilidad de cumplimentar el plazo soli­citado.
b) Mueva situación de capacidad ocupada para cada período de tiempo de los centros de produc­ción.
c) La necesidad de subcontratación, en canti­dad de obra y fecha para la que es necesaria. Si el plazo no puede ser modificado y se requiere mayor capacidad de trabajo en algún centro pro­ductivo.
d) Las perspectivas de desempleo y en qué fe­chas aparecerá.
Conocida en forma actual y provisional la situación de capacidad de producción y cargas ocupadas, así como las cargas necesarias para la nueva obra y su reparto en el tiempo, se puede encajar ésta en el conjunto de las anteriores. Puede ocurrir:
a} Que la capacidad disponible (capacidad me­nos carga ocupada) sea suficiente en todos los pe­riodos de tiempo para obtener la carga que nece­sita el nuevo barco y esto para todos los centros de producción. En este caso la obra en estudio se incorpora a la producción sin tener que modi­ficar el método normal de trabajo que se haya considerado mejor para ejecutarla.
b) Que la capacidad disponible de todos o de alguno de los centros de producción no sea sufi­ciente en algunos de los períodos para obtener la carga que necesita la nueva obra. En este caso habrá dos alternativas:
- que pueda modificarse el proceso normal, atendiendo a las técnicas susceptibles de ser cam­biadas, y que esta modificación permita un nue­vo reparto de la carga necesaria para la obra nue­va que sea compatible con las capacidades dis­ponibles.
- que no puede modificarse el proceso (por exigencias técnicas inamovibles) o bien que, aún modificándose, no pueda ser satisfecho por la ca­pacidad disponible, en cuyo caso habrá que modificar el plazo de entrega de la obra.
4. Al incorporar la obra nueva a las ya planea­ las, siguiendo el esquema anterior, obtendremos:
a) Posibilidad de cumplimentar el plazo soli­citado.
b} Mueva situación de capacidad ocupada para cada período de tiempo de los centros de produc­ción.
c) La necesidad de subcontratación, en canti­dad de obra y fecha para la que es necesaria. Si el plazo no puede ser modificado y se requiere mayor capacidad de trabajo en algún centro pro­ductivo.
d) Las perspectivas de desempleo y en qué fe­chas aparecerá.
Con cuestiones resueltas en el punto 4 hemos dado un plazo de terminación de cada unidad de obra, pero para ello ha sido preciso una serie de acciones, análisis, etc., que originan otra serie de preguntas que tenemos que contestar. Las principales son:
a.- Cuáles son nuestras disponibilidades de materiales. En caso de no ser suficientes, ¿en qué fechas debemos recibirlos para cumplimentar plazo establecido?
b.- Análogas a las anteriores preguntas referentes a materiales, habrán de hacerse respecto a los planos constructivos y a utillajes especiales
c.- ¿Cuál es la situación de los subcontratas? ¿Cuál es su posible capacidad?
d.- Cuando se reciban materiales, planos, etc. estos deben tener, respecto al control de producción, ciertas características que los hagan utilizables. Debemos, por tanto, establecer las instrucciones, normas, etc., referentes a estos puntos.
e.- Los talleres de ejecución precisan una documentación de trabajo. Deberá prepararse de acuerdo con una orden en el tiempo y normas adecuadas y, después, distribuirse en los momentos oportunos.
f.- Pero no es suficiente el trabajo preparatorio que todos estos extremos abarcan. Es precisa asegurarse de que las normas e instrucciones, los plazos parciales y totales, se cumplen, y en caso de no ser así, deben tomarse medida que permitan corregir las desviaciones. También es necesario deducir consecuencias que aumenten la calidad de los planeamientos futuros, nuevo datos, etc. Toda esta materia obliga a obtener controles de avance de obras en forma sistemática información estadística adecuada sobre resultados, costes, etc.
La definición más adecuada a la vista de todo lo anterior, según algunos autores, puede ser la siguiente:

«Planeamiento es la función de la planificación y el control de la producción que prevé y coordina los medios disponibles y los trabajos a ejecutar, de forma que éstos se realicen en el menor plazo posible y al mínimo coste.»

Al prever los medios se conocen las capacidades de producción, los elementos materiales, etc. Al prever los trabajos se conoce su proceso y las cargas que son necesarias para realizarlos, y dentro de éstas, las cargas precisas en cada período de tiempo. Al coordinar los medios y los trabajos se obtienen los plazos y se busca la máxima saturación de la capacidad de producción, y al tener conocimientos sucesivos se puede desencadenar una serie de actuaciones que llevan al cumplimiento y éxito del planeamiento.
Una característica fundamental del planeamien­to es su anticipación respecto al momento del desencadenamiento de la ejecución. Cuanto más anticipado sea un planeamiento con respecto al comienzo programado de la acción, más probabi­lidades hay de que pueda cumplirse.
Ahora bien, la anticipación con que preparemos el planeamiento depende de circunstancias exte­riores a la planificación. La principal es obtener la información técnica (pianos y especificaciones) que definiendo el qué, permita calcular el cómo y el cuándo. Los planos iniciales dan poca defini­ción de la obra, pues el suministro de los planos constructivos está adjunto a la propia ejecución.
Atendiendo a esta consideración podernos formu­lar una primera regla:

El planeamiento debe alcanzar un grado de de­sarrollo seleccionado con la precisión posible en cada momento.

En general, ante una primera consulta el asti­llero podrá conocer un orden aproximado de fe­chas suficientes, pues el astillero tendrá a su dis­posición datos básicos de cada tipo de buque de su catálogo; por ejemplo, en forma de diagramas PERT reducidos que sirvan para esta primera res­puesta.
Es importante que un astillero intente reducir lo más posible el catálogo de tipos de buques, pues siendo en cada tipo y tamaño distintas las relaciones entre las cargas de trabajo de cada gremio, si el abanico es grande se producirán des­compensaciones perturbadoras en los producto­res y faltas de saturación en las máquinas disponibles, salvo si el astillero tiene un proceso de trabajo con pequeño valor añadido que haga más fácil adaptarse a diversos tipos de buques.
Un planeamiento más detallado, consecuente con un grado de consulta más cercano al momento de contratar, debe poderse resolver disponiendo de diagramas PERT totalmente desarrollados, adap­tados a las facilidades del astillero y a la indus­tria auxiliar disponible y capaz de introducirse en un ordenador que resuelva el problema.
El planeamiento quedará materializado en cua­dros, gráficos, etc., que a título orientativo pue­den ser:
a.- Diagrama GANT de todos los buques a cons­truir con indicación de fechas de comienzo y ter­minación de los acontecimientos más importan­tes (Acero, Armamento, Puesta a Flote, Entre­ga, etc.). También se incluirán diversos datos del buque (peso muerto, armador, etc.).
b.- Cuadros con los cargos de horas por buque en Acero, Armamento, Varios y Total de la Facto­ría, a lo largo del año y con datos de la plantilla prevista, etc.
c.- Plan General de Acopios y suministros téc­nicos (delineación) más importantes o caracterís­ticos.
El planeamiento es una tarea específica del Co­mité de Planificación, que hará uso de los órga­nos del Astillero coordinados por el Jefe de Plani­ficación, que es la persona responsable de traba­jo del Comité y quien prepara la documentación que se precise para su trabajo interno.

2.3.2. Preparación del trabajo
La tarea consiste en sacar del planeamiento de­tallado a que hacíamos referencia las tareas glo­bales y subdividirlas en tareas de grupo de forma técnicamente factible. La oficina de preparación del trabajo actúa como la intendencia en el ejér­cito, suministrando a la fuerza laboral todos los elementos necesarios para el trabajo, que son:
Planos e informaciones técnicas que les per­miten afrontar la obra, para lo cual éstos han de llegar a su debido tiempo y con el suficiente de­talle.
Materiales precisos para el trabajo, haciendo los necesarios documentos que sirvan para el des­pacho y control de los mismos y los precisos pro­cesos de movimientos para que el grupo de traba­jo se encuentre con el material necesario, a pie de obra, y una vez terminada la tarea se la dote de los medios para entregarla en su lugar de des­tino.
Valoraciones y estimaciones de inversión que permitan conocer las desviaciones entre lo previs­to y lo realizado, con vistas a una justa distribu­ción del beneficio obtenido.
Cabe analizar la cuestión un poco más y pode­mos preguntarnos: ¿En qué forma puede hacerse esta función? ¿No es ésta una función de estudio de métodos y tiempos? Es conveniente hacer no­tar aquí qué métodos y tiempos es la función que investiga, analiza, estudia y, como consecuencia, determina los métodos mejores para realizar las operaciones y establece las tablas de tiempo tipo para ellos. Preparación del trabajo, utilizando los estudios de métodos y tiempos, para su aplica­ción a cada caso concreto y particular, confeccio­nando la documentación que incluya todos los da­tos que hemos señalado en la definición. La fun­ción de preparación del trabajo es técnico-admi­nistrativo, y confecciona todo el dossier de docu­mentos de producción. Es preciso que los prepa­radores sean agentes técnicos, con conocimientos adecuados, ya que el trabajo no se puede consi­derar repetitivo.
Para realizar la preparación del trabajo se pre­cisa conocer la obra, en todos sus detalles, con precisión; exige, por tanto, la posesión de unos planos constructivos de suficiente exactitud, con especificaciones, listas de piezas, etc.
Lo específicamente concreto de esta actividad referida al astillero que tratamos de analizar, es el sentido que le damos a la definición de tarea unitaria. Insistimos en que, sin dejar a un lado la necesaria especialización de algunas tareas, los operarios deben saber y poder ampliar el campo de su especialidad para que el trabajo incremen­te la aportación personal. En un astillero como el estudiado esto es relativamente más fácil que en unidades productivas de mayor importancia.
Así, por ejemplo, será suficiente una descom­posición en las siguientes tareas globales para la construcción del casco:
Elaboración de perfiles para popa. Elaboración de perfiles para la zona maestra. Elaboración de perfiles para la proa. Elaboración de planchas planas (se puede di­vidir en grupos de bloques a que se destinen). Elaboración de planchas con una curvatura (se puede dividir en grupos de bloques a que se destinan). Elaboración de planchas con más de una cur­vatura (se puede dividir en grupos de bloques a que se destinan).
Elaboración de paneles planos. Elaboración de primeras prefabricaciones (se pueden dividir en grupos de bloques a los que se destinan). Elaboración de cada bloque de 2 dimensio­nes o 3 dimensiones. Montaje del buque (se puede dividir en 2 ó 3 zonas). Pruebas de estanqueidad.
Cuanto menor sea el número de tareas, menor será el error que se cometa al valorar cada una de éstas, en puntos de presupuestos; y si admitimos una serie de subdivisiones, como señalamos es para permitir una reducción de los stocks intermedios precisos para el funcionamientos y para mejorar el control de producción, permitiendo una mejor coordinación de los trabajos.

2.3.3. Programación y lanzamiento
Preparada la documentación de producción, labor que ha realizado la oficina de preparación del trabajo, es preciso que esta información se programe, previsión a corto plazo, con el máximo detalle y teniendo en cuenta todas y cada una de las condiciones actuales del taller, gremio o sector.
La situación es la siguiente: tenemos un plan detallado que determina unos momentos de comienzo de una serie de obras, obras que son parte del todo que es el producto. Tenemos también los documentos que definen con el máximo detalle cómo se hará cada obra parcial, o aún más cada parte componente de cada obra parcial.
Por otra parte, por la documentación preparada sabemos el material necesario. Entonces tenemos las fechas de comienzo y tenemos el conocimiento de los materiales precisos, siendo lógico que el envío de la documentación se realice en el momento oportuno para que la obra comience en la fecha prevista por el plan. Y que se envíe una documentada que indique: «Hágase tal cosa», cuando pueda realizarse el trabajo.
La distribución es, por lo tanto, la función de planificación y control de la producción que realiza el envío de la documentación de trabajo, en las fechas señaladas en el planteamiento, y siempre que existan materiales para ejecutar el trabajo y medios disponibles para su ejecución.
Por lo tanto, la función de lanzamiento está íntimamente ligada a la función de programación. La función de programación es la encargada de actualizar constantemente los medios productivos, compensando éstos y procurando que la producción se mueva dentro de los márgenes que el planteamiento ha previsto.
Esta oficina informará de los retrasos o adelantos que se produzcan para que planeamiento modifique las previsiones.
La misión de programación y lanzamiento es táctica  y  de la responsabilidad del jefe de tra­bajos.
Situémonos en el taller; ¿Cuál es la situación diaria que se produce? En todo momento, una de las funciones básicas del jefe es distribuir el tra­bajo a sus hombres, asignándoles la tarea corres­pondiente, proporcionándoles los medios para po­der ejecutarla (instrucciones, materiales, planos, utillajes, elementos auxiliares, etc.) y dándoles la orden de que comiencen su realización. Para esto debe actuar:
1º.- Provisionalmente, comprobando que todos los elementos que precisa la tarea están dis­puestos.
2º.- Dando instrucciones al equipo de operarios que les permita realizar el trabajo en las mejores condiciones de calidad, tiempo y seguridad.
         3º.- Ordenándoles que comiencen la tarea.
Durante el trabajo, el jefe directo del equipo ejecutante tiene que vigilar la calidad y cantidad del trabajo, así como la seguridad de los hom­bres que lo realizan, para corregir cuanto sea ne­cesario y antes de que el posible error o defecto tenga lugar. Estas funciones son el reflejo de la responsabilidad que tiene todo jefe en la calidad, cantidad y seguridad de la producción y sus me­dios.
 Al terminar el trabajo, han de obtenerse los datos sobre tiempo invertido, dificultades surgías, sugerencias para mejorar el método opera­ etc.

2.3.4. El control de avance de obra
El sistema del control de la producción es esencialmente una herramienta de ayuda a la decisión, destinado a proveer a los responsables del astillero de elementos para la elección ante las posibilidades alternativas. Permite satisfacer el programa de órdenes de fabricación, conjugando el mejor aprovechamien­to de la mano de obra y de máquinas existentes, proporcionando un conocimiento exacto del esta­do actual del Astillero y un avance preciso del es­tado futuro.
Para llegar a este fin, deben ser utilizados cier­to número de datos básicos. La mayor parte de ellos ya existentes para otros destinos (control presupuestario, gestión de stocks, nómina, etc.).
La recopilación de datos se debe efectuar lo más cerca posible del punto de procedencia, en el mismo instante en que se produce la informa­ción, asegurando la transmisión más rápida a los diversos destinatarios y en todo caso procurando que la fuente de suministro del dato sea la misma para todo el astillero. El estado del Astillero y de la fabricación se conoce analizando la situación en el tiempo y en el espacio de los siguientes ele­mentos:
De los utillajes.
De la mano de obra.
De las máquinas-herramienta.
De las órdenes de fabricación.
Del flujo de los productos.
Y su conocimiento supone un instrumento de gestión para los responsables de la marcha de la producción y del rendimiento de los medios pues­tos a su disposición.
Como característica importante, destacamos que se trata de un «control dinámico de la pro­ducción», es decir, no es una «fotografía» en un día determinado, sino una «película» donde se puede ver la historia pasada, así como establecer la tendencia de la producción futura.
Por tanto, la información contenida en el Con­trol de Producción la podemos concretar en los puntos siguientes:
l. Información sobre los recursos invertidos en las obras o actividades contenidas en el Plan de Objetivos en un período determinado, así co­mo el avance de las mismas medido en unidades de producción (PP).
2. Información sobre la evaluación de la pro­ducción en los períodos anteriores al de la fecha de control.
3. Previsión de lo que se espera conseguir a la vista de la tendencia pasada y actual de la pro­ducción.
4. Dar información sobre la situación del in­movilizado de producción y su variación a lo lar­go del tiempo.
Los objetivos a cumplir por el Control de Pro­ducción son:
Dar información a los distintos niveles y sistemas de aquellos parámetros de los que son responsables, permitiendo prever la acción con el estudio de los medios adecuados (técnicos, hu­manos, etc.).
Trabajar en talleres y grupos de operarios con un cierto grado de libertad, pero teniendo las acciones integradas en los objetivos generales.
Establecer un sistema nervioso de todas las actividades (producción, delineación, acopios, et­cétera) que permita reaccionar y tomar la acción adecuada en cada caso y nivel.
Un Astillero construye buques con el trabajo de unos gremios que dedican cierto tiempo a la fa­bricación de los mismos. Tenemos pues tres pa­rámetros básicos a controlar (buques, gremios, tiempo), para obtener información sobre la pro­ducción. La combinación de los parámetros anteriores nos dará los posibles caminos de control de la producción. El control se puede realizar, por lo tanto, en base a las siguientes variantes:
Por BUQUE-TIEMPO, presentándonos un estado de avance de obra y de inmersión en cada uno de los buques del programa.
Por GREMIOS-TIEMPO, y para todos y cada uno de los buques del plan de objetivos, presentan­do un plan de cargas de trabajo y el avance en el mismo.
Por BUQUE-GREMIO, que corresponde a la recogida de da­tos estadísticos de cada uno de los buques, pues no aparece el parámetro tiempo.
Es importante tener presente, a la hora de es­tablecer el Control de Producción, las siguientes propiedades o características:
a) El Control de Producción dará las informa­ciones de forma sintética. A medida que se as tiende en la línea jerárquica irá en aumento la síntesis. Hay que huir del «burocratismo» o ex­ceso de datos.
b) Las informaciones recogidas han de ser sig­nificativas, es decir, que permitan detectar el vo­lumen y evolución de la producción.
c) El Control de Producción reflejará, de for­ma explícita, las desviaciones que se produzcan con respecto a las previsiones, así como la ten­dencia previsible de no tomar medidas correctas.
d) En cada Control de Producción debe exis­tir un paquete de información, que sea común a dos niveles consecutivos, con la misión de que para un nivel sea objetivo a cumplir y para el inmediato superior sirva como control de ese objetivo.
e) Al Control de Producción son aplicables el resto de las cualidades que debe reunir todo tipo de información, De ellas destacamos la de la oportunidad es decir, que llegue a tiempo para que las medidas correctoras sean eficaces.
f) El Control de Producción será periódico ya que su eficacia radica en la actualización sistemática.
g) Los cuadros numéricos deben ir acompañados de representaciones gráficas cuando estas resulten significativas y den más claridad a la información.
h) El Control de Producción ha de ser normalizado en cuanto a cuadros gráficos, formas de representación y símbolos, cifras, etc. El control de producción es en realidad una medida del avance de la obra.
Para la medición del Avance de Obra en el caso de un Astillero, dada la variedad y complejidad de los buques, es preciso hallar una unidad física que nos permita establecer la obra realizada Por ello nos vemos obligados a medir el Avance de Obra en «puntos del presupuesto» (PP), que definiremos más adelante.
Por otra parte los plazos de construcción de los buques son largos frente a los períodos de control lo cual hace más complejo el problema.
Para abordar el problema en los buques, descompondremos éstos en unidades físicas o en actividades que necesitarán un determinado número de PP para realizarlas.
Para cada una de estas actividades tendremos unas Horas Previstas que serán deducidas por una valoración o estimación de los rendimientos previstos (horas previstas para producir un PP)
Una vez realizada la actividad habremos utilizado un número de horas determinadas que llamamos Horas Invertidas y que puede ser mayor, igual menor que el previsto.
El avance de la obra se medirá en puntos del presupuesto realizados (PP) en el período de` tiempo analizado.


2.3.5. Métodos y Tiempos
El primer problema que se presenta a la hora de hablar de métodos y tiempos es la definición del objetivo, cosa en la que naturalmente todos coinciden, y la definición de la unidad de medida.
El objetivo de una oficina de métodos y tiem­pos es claro. Se trata simplemente de analizar los procesos elementales, simplificarlos, mejorar­los para obtener un mejor tiempo, una mejor cali­dad, una mayor seguridad para el operario y un costee más reducido. Estos procesos elementales se han de agrupar de la forma más adecuada a las disponibilidades maquinas y sistemas que tenga el Astillero. La oficina de métodos actuará con estos elementos de trabajo compuestos igual que lo hizo con los elementos simples.
Naturalmente, un sistema de feed back alimentará a esta oficina de datos reales que le sirvan para mejorar sus bases de cálculo. La unidad de medida de la producción es un gato polémico. Normalmente se ha venido usando la hora/hombre que se suponía a rendimiento  constante. Esta hora hombre (HH) en sistemas sindicales rígidos, ha supuesto una gran dificultad para el aumento de la productividad ya que las dos constantes normales:
a) El deseo de todo el mundo de trabajar me­nos horas
b) El deseo de no trabajar a un ritmo mayor.
No han sido capaces de ser superadas en sus efectos­ por las normales mejoras en los métodos y así solo se consigue una mayor productividad a base de inversiones que supongan un cambio, in­cluso, de fábrica. Hay que separar el concepto hora/hombre del concepto trabajo realizado. Objetivo psicológico de alto valor estratégico. Proponemos dividir el trabajo en los barcos en puntos de presupuesto (PP), así cada punto de presupuestos será calculado de una vez para siempre y será constante a lo largo del tiempo.
Un PP puede definirse como el trabajo realiza­do con la tecnología existente en el astillero para cada gremio en 1977 por cada 1.000 pesetas de jor­nales pagadas (retribución directa e indirecta de la mano de obra). Naturalmente los PP atribui­dos a un barco tienen que permitir un precio de mercado internacional competitivo, teniendo en cuenta las particularidades del negocio marítimo y la tecnología desarrollada.  Los PP de un barco son un asunto a negociar con las fuerzas sindicales y su valoración, para los diferentes tipos de buques, son un punto de partida fijo y estable. El número de PP de un barco se modifica cuan­do cambia la tecnología, en general esto obligará a un estudio de tiempos que ha de ser aceptado por todos los miembros de la empresa de acuer­do con la filosofía desarrollada en la primera parte.
Esta valoración tiene también su dificultad, por ligar la producción y la remuneración. El fijar el precio del PP supone que hay que pagar una cier­ta cantidad por cierto trabajo y profundizando en esto aparecen las siguientes dificultades:
a) ¿Cuándo hay que pagar por PP producido?
b) ¿Qué margen de beneficio se ha de obtener para garantizar la  supervivencia de la empresa?
c) ¿Qué calidad del trabajo será aceptable y pagadera?
d) ¿Qué relación ha de existir entre la mayor producción y la mayor retribución?
A la fuerza sindical, dentro de su colaboración con el resto de la fuerza empresarial, se le presen­tan asimismo una serie de preguntas a las que se precisa contestar.
e) ¿Cuál es el precio mínimo del PP que me garantiza un salario mínimo aceptable?
f) ¿Cómo salvar los casos de rechaza por mala calidad?
g) ¿Cómo y en qué medida interesa aceptar la posibilidad de que se modifique el salario míni­mo mediante la aceptación de mayores rendi­mientos?
h) Si la mayor producción produce reducción de costes generales, ¿cuál es la forma de distribu­ción del nuevo margen?
La fijación del valor de un PP está sujeta a la respuesta humana con toda su complejidad, lo que puede producir problemas laborales que se presentan como rechazo lógico de los tiempos es­tablecidos, tanto más importantes cuanto más personal y concreto sea este valor, de aquí la im­portancia de la agrupación de tareas elementales como remedio de errores locales.
Existen definiciones técnicas de lo que es la «actividad normal», a la cual referirse para las correspondientes correcciones de la actividad me­dida, «la actividad normal» no es la que se basa en una norma técnica, sino en lo que es «moda» o media de la actividad del grupo.
Es preferible la solución de salvar el problema no planteándolo. Valorar el trabajo en puntos y no en horas, aunque en principio un punto equi­valga a una hora. Los puntos son unidades de facturación a precios internacionales de sobra conocidos.
El problema de otra forma se convierte en una cuestión sociolaboral y la técnica del oportuno tratamiento no podrá ser ya la aséptica y fría apli­cación de unas tablas de cronometraje.
El ajuste de una tasa de producción no pasa de ser un presupuesto técnico, pero ¿con qué di­namismo será aplicada por el productor?. Aquí entramos en el área de las metanecesida­des definidas en la primera parte, Herzberg estimó que:
a) Un empleo debe representar la posibilidad de conseguir una experiencia personal de supera­ción en la vida.
b) El trabajo ha de ser interesante para el que lo ejecuta.
c) La mejora en los métodos de trabajo ha de tener en cuenta al hombre con toda su comple­jidad.
d) El planteamiento de la cuestión ha de es­tar de acuerdo con el desarrollo empresarial que hemos indicado.
El mismo Herzberg clasificó los factores de tra­bajo en:

Factores Higiénicos:
Su presencia en grado suficiente hace posible el trabajo, pero su mejora no lo aumenta. Por el contrario, su déficit dete­riora el trabajo y el rendimiento. Los factores hi­giénicos son: salario, condiciones ambientales fí­sicas, seguridad física, seguridad social y las protec­ciones diversas.

Factores Motivadores:
Estimulan la energía humana y la dirigen a la resolución de dificulta­des progresivas. Los factores motivadores son:
La oportunidad para practicar lo que se sabe hacer, las dificultades del trabajo que constituye un reto no rutinario. El reconocimiento de méritos y éxitos y  un trato estimulante, personal y adecuado.
El problema aparece por el hecho de que resul­ta muy difícil conseguir que las tareas especiali­zadas y repetitivas adquieran interés. Una solución a esta dificultad puede hallarse evitando señalar tareas simples y rutinarias y, por el contrario, dando cierta complejidad y libertad a los pues­tos de trabajo.
Por el hecho de no encontrar interés en el trabajo en sí, el productor hace un desplazamiento, de la zona de interés y busca las satisfacciones en otras áreas, convirtiendo a los factores higiénicos en instrumento de su descontento.

2.4. El control de Avance de obra

2.4.1. Sistema de Información
El Sistema de Planificación y el Avance de Obra quedarían cojos sin el Sistema de Información, que es el motor de los dos primeros y la materia prima para la toma de decisiones, ha de estructurarse teniendo en cuenta las necesidades de la planificación y del control de avance de obra, en las tres direcciones posibles:
arriba - abajo  
horizontal
abajo arriba

El sistema ha de ser capaz de superar las dificultades creadas por las personas que lo utilizan y lo alimentan principalmente aquellas que lo pretenden utilizar para fines egocéntricos o de rivalidad y, por otro lado, filtrar los datos inseguros que invalidan todas las conclusiones. Por otra parte el sistema ha de garantizar el cumplimiento de las cualidades que toda información debe cumplir:
Información despersonificada.
Información con circuitos conocidos.
Información rápida.
Información oportuna.
Información exacta.
La información se nutre de datos. Llamamos “dato” al registro de un hecho. Los datos se tomarán allí donde se producen los hechos y se plasmarán en documentación que irá directamente a un “Control de Información” sin ninguna manipulación intermedia De esta forma los datos serán únicos y no nos encontraremos con información contradictoria sobre unas misma actividad.
Para implantar el sistema de información de la producción es necesario:
1) Hacer la matriz de información de la pro­ducción. ¿Qué quiere cada nivel de la Empresa? y ¿Cómo lo quiere?
2) Definir los datos. ¿dónde se producen? ¿có­mo se captan? y ¿cómo circulan?
3) Definir las técnicas de tratamiento de los datos para llegar a la preparación de los infor­mes a todos y cada una de los niveles de la Em­presa,
Los hechos se producen en el nivel operativo y allí darán lugar a los datos. Los documentos recogidos irán directamente al Control de la Información. De los datos se obten­drán en tiempo real, se­gún los medios disponibles y características del informe que se precise, los datos que se preparan con destino a cada nivel de producción que será repartido periódicamente a los responsables co­rrespondientes.
El esquema expuesto supone una centralización de los datos e informaciones de producción que, en definitiva, establecen un control centralizado, pero no es una función de vigilancia ejercida so­bre personas. Es un método de vigilancia en el propio servicio y en el de las personas bajo la autoridad del implantador, para conocer los re­sultados de la gestión y tomar decisiones correc­toras al fin que se ha definido como objetivo y que previamente ha sido aceptada por el grupo.
En el primer sentido (el negativo) sólo se pue­de alcanzar el éxito cuando las medidas sean rigu­rosamente exactas. En el segundo, el éxito se alcanza por regula­ciones sucesivas introducidas por toda la familia productiva que permite alcanzar el éxito aun par­tiendo de fuertes errores de base.

2 4 2, El Control del Rendimiento
Hay que tener una medida y una forma de me­dir para conocer la evolución de la marcha del as­tillero con respecto al plan pensado.
Cuanto más control puede pensarse que hay más seguridad en el dato obtenido, pero cuanto más control más se prepara el subordinado para no ser sorprendido por un control que le resulte negativo, por lo que aunque el control de rendi­miento es inatacable dentro de un orden de buena organización, su medida en forma directa no pasa de ser una forma histórica que provoca actitudes contraproducentes entre los medidores de tiem­pos y los operarios, sin que esta tensión pueda ser animadora por una actitud leal y sinceramen­te técnica de los tasadores de tareas.
La actitud del medio social en que se mueve la nueva empresa está en contra del control minu­cioso y personal y consecuentemente del resulta­do de este control, el régimen de incentivos, ba­sados en un control cuantitativo, que algunos consideran «propio de una sociedad industrial clásica y poco evolucionarla», y se tiende a la fi­jación de los cupos de trabajo más bien en base a una actitud negociadora entre fuerzas labo­rales.
Se busca el establecimiento de una actividad estándar que logre la ejecución de los trabajos a un coste laboral que permita su venta, esta lí­nea está perfectamente conforme con la unidad de medida PP del que hemos procurado dar una idea.
Las nuevas oficinas de control se han de mentali­zar en que se deben evitar las medidas directi­vas y sobre el terreno del cronometraje de las operaciones, sustituyendo este antiguo sistema por otro más acorde con los tiempos y basado en mé­todos de análisis indirectos.
Ha de tenerse muy en cuenta que los tiempos obtenidos son una media estándar del avance más que la base de un sistema de incentivar ac­titudes particulares distintas, poco deseables tan­to en sentido positivo como negativo por lo que suponen de desviación sobre lo previsto.
La mejor defensa de nuestro PP es la posibili­dad de desligar el asunto «tiempos» del asunto «sa­larios». Consideramos que el nuestro o todo aquel sistema que sepa cumplir con este objetivo están en la línea de una nueva gestión, que pretenda hablar de tiempos con la técnica como argumen­to y de salarios con argumentos de coste de la vida y de reivindicación social.
Hay que olvidar la ya vieja teoría de salvar la producción haciendo que trabajen más los que ya trabajan y sustituirla por una economía en los gastos de gestión y administración y por una sana mecanización que se haga cargo del esfuer­zo físico dejando al operario como un inteligente operador de máquinas.

     3. ESQUEMA DE FUNCIONAMIENTO DE LOS SISTEMAS DE PLANIFICACIÓN Y CONTROL DE PRODUCCIÓN E INFORMACIÓN

3.1. Documentos del trabajo del Comité de Planificación

3.1.1. Presupuesto del Astillero Desglosado en Centros de Responsabilidad
Su formación comienza a partir de los gastos imputables por la Dirección Administrativa, te­niendo en cuenta los presupuestos generales de la Sociedad, la política de personal y cualquier otro aspecto que pueda modificar la cifra de in­versión. Sirve para rellenar una primera columna que nos refleje estos gastos divididos en concep­tos y cuya suma total es el coste fijo del Asti­llero. Esta cifra debe incluir los jornales del personal fijo con sus horas extraordinarias previstas, la energía eléctrica y otros servicios en una cierta proporción que se acuerde y cuantos gastos la experiencia nos indique que tienen un fuerte as­pecto de gastos fijos.
En horizontal dispondremos todos los centros de producción, que denominaremos Centros de Responsabilidad, no deben ser demasiado minu­ciosos los desgloses, se puede hacer una primera sábana con cinco divisiones:
a) Gastos no directamente repercutibles en las fases de trabajo (oficinas técnicas, comerciales y de personal).
b) Gastos de los procesos de acero,
c) Gastos de los procesos de armamento.
d) Gastos de los procesos de compras y gastos de materiales,
e) Gastos financieros producidos por los stocks.
Una segunda división más detallada nos llevará a un desglose de cada grupo anteriormente re­señado y que en principio puede incluir los si­guientes:
a-1: Gastos de dirección del Astillero.
a-2: Gastos de dirección comercial.
a-3: Gastos de administración de personal.
a-4: Gastos de la oficina de contabilidad.
a-5: Gastos de la oficina técnica.
a-6: Gastos de los servicios de organización,
a-7: Gastos de los servicios de mantenimiento.
b-1: Gastos de clasificación, almacenamiento y coste del material de acero.
b-2: Gastos de elaboración y forja de elementos
b-3: Gastos de prefabricación de dos dimensiones.
b-4: Gastos de prefabricación en tres dimensiones.
b-5: Gastos del montaje de la estructura en dique o grada.
c-1: Gastos de los talleres de tubería.
c-2: Gastos de los talleres de equipos.
c-3: Gastos de los montadores a flote.
d-1: Gastos de la oficina de compras.
d-2: Gastos de los almacenes.
d-3: Gastos de transporte de materiales.
e-1: Intereses ocasionados por el desfase en­tre abonos y cargos.

3.1.2. Producción y venta de servicios internos
Cada fase de las arriba señaladas, a modo de ejemplo, tiene una producción que ha de vender a un centro productivo o a un barco, centro receptor del coste total final, al precio estándar resultante de dividir el presupuesto de gastos entre las unidades de producción previstas para el año.
Se proponen las siguientes unidades de producción:
a-l : Los PP del programa general del Astillero
a-2: Los PP del programa general del Astillero
a-3: El producto de los trabajadores por días de trabajo (no se considera la propia fase)..
a-4: Las pesetas pagadas; este valor de la producción tiene dos aspectos, uno de carácter variable que incremente los costes variables,
a-5: Los PP del programa general del Astillero.
a-6: Los PP del programa general del Astillero.
a-7: Se definirán unos puntos de mantenimien­to y servicios que se usarán a efectos internos. Estos puntos tendrán un incremento de precio anual­ en la misma forma que los PP.
b-1 a c-4: Los PP del programa.
d-1: Las pesetas pagadas en compras y gastos de materiales en forma similar a la considerada en (a-4).
d-2: Incremento en los costes de los materiales despachados.
d-3: Se estimarán unas tarifas en función de los pesos y de las distancias. Las grúas fijas y móviles facturan a las tareas para las que trabajan.
e-1: Partiendo de la base de que existe un pro­grama óptimo de producción (mínimos stocks y máxima velocidad de producción) y un programa previsto de ingresos por facturación, se ha de es­timar un gasto de dinero para los intereses inter­calados. Se admite que se divida entre las fases (b-1) a (b-5), (c-l) a (c-4), (d-1) y (d-2) cualquier adelanto sobre la fecha prevista puede incremen­tar los gastos de ese proceso en los intereses oca­sionados por el coste de los materiales más el va­lor añadido en el proceso y en los procesos anteriores.
­
3.1.3. Libro de actividades
Para la preparación de este libro habrá que ha­cer un estudio previo del buque donde se establezca:
Descomposición y orden de montaje de blo­ques de acero.
Definición de módulos de armamento.
Armamento adelantado.
Premontaje, etc.
El libro de actividades del buque será integral; es decir, incluir las correspondientes a dibujo, pedidos, acopios, trabajos de acero y armamento, pruebas etc. El libro de actividades podrá desarrollarse en varios niveles, de forma que se pueda avanzar en la definición de detalles a medida que se disponga de mayor conocimiento del mismo. Como casos extremos, en una primera etapa, tendríamos sólo tres actividades delineación acero y armamento.  En la fase final podríamos llegar a un libro de actividades con el detalle correspondiente a desta­jos, boletines o similares.
Para hacer posible este desarrollo progresivo del libro de actividades, será preciso estudiar los procesos de producción que nos permitan estable­cer normas o redes estándar aplicables a cual­quier tipo de buque. Con ello tendríamos gran agilidad para la preparación de las previsiones, dando respuesta a las exigencias de producción.
El libro de actividades incluirá una valoración en PP, la duración en tiempo y los recursos precisos que, como media, se necesitan para el plazo lógico de ejecución de cada tarea.
En el libro de actividades se indicarán con toda claridad qué tareas han de ser consideradas di­rectamente repercutibles en presupuestos y cuáles lo son a través de otras (indirectos) para conse­guir de esta forma que este libro sea a su vez el libro de presupuestos.
La razón de su valoración en PP consiste en la necesidad de que el libro sólo sea modificable en función de la tecnología a aplicar y que sea fácil mente transformable en pesetas. Los trabajos que normalmente se efectúen contrata serán considerados materiales.
El último desglose (cuarto nivel) es la relación de tareas que comprenden las tareas. Consideramos obsoletas las antiguas divisiones de los trabajos en gremios que además hacían que las secuencias del trabajo fueran rígidamente paralelas a las divisiones gremiales. Esto no significa que no deban existir organismos centrales de tecnología y mantenimiento para los antiguos gremios. El esquema ofrecido es en todo similar al del ejército, en donde las divisiones tienen integradas en ellas a unidades de diferentes arma que operativamente trabajan juntas pero que para sus necesidades logísticas tienen a sus organismos centralizados por simples motivos de simplificación. El maestro de soldadura, por ejemplo, se convierte en el investigador de la soldadura, el preparador de cursos de perfeccionamiento, el mantenedor de las máquinas y, en el staff, asesor de los procedimientos y recomendaciones, olvidando su antigua responsabilidad sobre la cantidad de producción de su gremio.

3.1.4. Planeamiento general de las obras
Es el resumen de un grupo de documentos que, cada vez con mayor detalle, van indicando los diferentes escalones del trabajo las fechas y orden en que se han de efectuar las tareas.
Normalmente será un diagrama de barras, tipo gang, en el que mediante líneas se indiquen lo procesos importantes y mediante señales los acontecimientos con repercusión importante para la marcha de los trabajos. Este esquema ha de incluir todos los barcos del programa y estará basado en pocos datos muy generales:
Horas de las tareas del tercer nivel para cada centro de responsabilidad.
Ocupación de diques o grados de construcción.
Acopio de los motores principales y del acero.
           Finalización de los trabajos.
El astillero ha de tener un diagrama pert de relaciones básico para estas tareas con sus posibles solapas, del orden de las 25 actividades, que permita a la dirección tomar las más rápidas decisiones a la hora de contratar o de modificar el programa. Este minipert ha de incluirse en el programa antes de un contrato para observar las repercu­siones en el plan de objetivos.
El plan de objetivos es el listado del diagrama de barras, del que hablamos, completado con los presupuestos desglosados y los precios estándar correspondientes y con cuantos detalles se esti­men precisos, teniendo en cuenta que a mayor detalle más dificultad en el exacto cumplimiento del plan.

3.1.5. Listados generales de actividades
Tienen la misión de desglosar el plan de obje­tivos en planes parciales para cada centro de res­ponsabilidad, de forma que todos ellos presenten una unidad de acción. Naturalmente, al incluir una nueva obra a través del minipert se producirá una situación transitoria; en general, esta situa­ción supondrá una menor carga de trabajo, si he­mos sido prudentes a la hora de valorar las sola­pas de las actividades del minipert, que en ningún caso, y sin previos estudios, debe agotar los coe­ficientes de seguridad.
Los listados generales de actividades tienen co­mo base el pert de cada barco descompuesto en tareas o actividades y el conjunto de perts de todos los barcos del programa. Una labor lateral interesante será transformar los perts reales en miniperts a efectos de archivo de datos para el presupuesto de nuevas barcos.
En el pert general se han introducido como tareas las actividades de la oficina técnica y de la oficina comercial, por ello podemos obtener un listado de actividades de los trabajos, seña­lando:
Número de identificación de la actividad.
Puntos de presupuesto concedidos (PP).
Fecha en que se puede comenzar el trabajo.
Recursos consumidos previstos.
Para la determinación de este último dato hay que estimar unos rendimientos en PP/hora, de recurso, que se pueden ir modificando experimentalmente.
El programa de adquisiciones puede, incluso ser la base para el seguimiento de pedidos, si más que señalar a la hora de cumplimentar el impreso de control de producción añadiendo las fechas, en diferencia de días con la entrega de la inspecciones periódicas de los materiales, lo que permitirá al ordenador darnos un listado de actividades para el seguimiento del pedido, que puede incluir:
Confirmación del pedido.
Inspección de materiales (pedidos muy importantes).
Pruebas (pedidos que así lo requieran).
Verificación de plazos de pago.
Confirmación de embarque en el taller.

3.2. Documentos de trabajo de la oficina de preparación de los trabajos
El documento base de la oficina es el libro de actividades valorado en PP. La oficina debe trabajar en base a lo que en los listados hemos denominado «fecha en que se puede comenzar el trabajo» y preparar un dossier de cada tarea que incluya toda la información técnica y económica precisa, que será entregada para su programación y lanzamiento a cada centro de responsabilidad encargado de la ejecución de la tarea.
Esta tarea se complementa en feed-back con revisión y puesta al día, a la vista de los adelantos tecnológicos, del número de PP que se hay de conceder a cada tarea y de las interrelaciones de las mismas.
La oficina dará asimismo, una norma general sobre el procedimiento que se debe aplicar para ejecutar la tarea si ésta es suficientemente complicada como para precisar de este complemento. La información de entrada será:
Listado de actividades de todos los centros productivos.
Planos de la oficina técnica.
Partes de materiales recibidos.
Hojas de control de trabajo por tareas.
La información de salida será la misma incrementada con:
Proceso del trabajo.
Vales de materiales y de transporte.
­3.3. Documentos de trabajo de oficina de programación y lanzamiento
Los documentos de entrada son los dossiers que le ha entregado la oficina de preparación de trabajos. Antes que nada, hay que señalar que aquí deno­minamos oficina a lo que en realidad es misión que, en general, y salvo casos muy complicados por el número de gente, podrá ser llevada por el responsable de cada centro de forma personal y considerando esta misión como sistemática dia­ria y una de las más importantes a la hora de su justificación de existencia.
El mando debe organizar su trabajo, su táctica de trabajo, ajustando continuamente las siguien­tes variables:
Posibilidad de desplazar tareas dentro de los márgenes que permite el planteamiento.
 Señalar la capacidad real en cada momento y ajustar a ella la carga de trabajo.
Seleccionar los equipos de trabajo más idó­neos para cada tarea.
           Seleccionar las máquinas y distribuir los medios.
Al conjunto de estas tareas lo denominamos «programación»; ha de ser llevada en forma de gang en un tablero muy móvil que permita ajus­tes diarios. Hay que tener muy en cuenta que esta programación debe tener muchos grados de libertad para cumplir con las ideas básicas de­sarrolladas.
La tarea de lanzamiento la efectuará el mando del centro de responsabilidad, previa verificación de su posibilidad, entregando la documentación precisa a los ejecutores. Cada ejecutor sólo debe tener una tarea concreta en cada caso pues la función delegada de programación, que sin duda tiene un acuerdo con las ideas bases, no debe salirse del campo de la tarea. Su actividad de lanzamiento se reduce, asimismo, al campo de la tarea.

3.4. Sistema de información
La regla de aro que rige el sistema del lugar en que se produce el hecho de información es que todo dato debe partir únicamente. No hay que confundir la información con el control de la in­formación. Es un hecho real en todo astillero el que contabilidad y obra tengan diferentes crite­rios sobre los costes, es un hecho corriente, pero lamentable, que la dirección no debe consentir, sólo puede haber un dato, contable y de obra, so­bre cuya valoración hay que ponerse de acuerdo. Las trampas, los olvidos, etc., son anécdotas que no pueden modificar los principios de organiza­ción
Toda la actividad del pert debe ser ejecutada por alguien que debe comunicar a los demás que la actividad ha sido realizada, quién la ha eje­cutado y los parámetros precisos para conocer cuánto y qué se ha consumido de la energía total y recursos del astillero. El sistema de información alimenta, principal­mente, a dos centros de la red de planificación:
El centro de estadística, que contabiliza las gamas terminadas y las resume de acuerdo con tablas previamente establecidas que sirven para informar a los responsables de la gestión del avan­ce de la obra.
El centro de planeamiento, que anula las  tareas efectuadas y prepara el nuevo programa integrador de las actividades, anulando la obra ya hecha y teniendo en cuenta las repercusiones de la no efectuada. Se considera preciso que el proceso de revisión sea capaz de tener en cuenta la importancia de obras en curso de realización en el momento de proceder a la revisión, al me­nos distinguir entre:
Comenzadas 0 % a 40 %.
A medio realizar -- 40 % a 60 %.
A punto de terminar - 60 % a 100 %.
Insistimos sobre la necesidad de que el periodo de revisión sea superior en tiempo de duración de los trabajos de la mayor parte de las tareas, así por ejemplo:
- Plazo de revisión = mensual.
- Duración de tareas = quincenal.
Es más importante reducir el plazo de informa­ción que el período de revisión. Así, por ejemplo, consideramos óptimo:
Plazo de revisión mensual.
Plazo de información 3 días (10% del plazo de revisión).
Y consideramos inoperante por costoso:
Plazo de revisión semanal.
Plazo de información = 3 días (50% del plazo de revisión).
Los principales documentos de información as­cendente, de los centros productivos a dirección, son los siguientes:
1. Fichas de producción con cargo a barcos.
2. Fichas de producción con cargo a fases.
3. Fichas de almacén con cargo a barcos.
4. Fichas de almacén con cargo a fases
5. Fichas de contabilidad con cargo a barcos.
6. Fichas de contabilidad con cargo a almacén.
7. Fichas de contabilidad con cargo a fases.
8. Documentos que modifican los plazos.
Lo específicamente concreto de esta actividad referida al astillero que tratamos de analizar es el sentido que le damos a la definición de tarea unitaria. Insistimos en que, sin dejar a un lado la necesaria especialización de algunas tareas, los operarios deben saber y poder ampliar el campo de su especialidad para que el trabajo encuentre la aportación personal. En un astillero como el estudiado esto es relativamente más fácil que en unidades productivas de mayor importancia.
Así, por ejemplo, será suficiente una descompo­sición en las siguientes tareas globales para la construcción del casco:
Elaboración de perfiles para popa.
Elaboración de perfiles para la zona maestra.
Elaboración de perfiles para la proa,
Elaboración de planchas planas (se puede dividir en bloques de destino).
Elaboración de planchas con una curvatura (se puede dividir en bloques de destino).
Elaboración de primeras prefabricaciones (se puede dividir en bloques de destino).
Elaboración de cada bloque de dos dimensiones o de tres dimensiones.
Montaje del buque (se puede dividir en varias zonas).
           Pruebas de estanqueidad.
Cuanto menor sea el número de tareas, menor será el error que se cometa al valorar cada una de éstas en puntos de presupuesto y si admitimos una serie de subdivisiones como señalamos para lograr una reducción de los stocks intermedios precisos para el funcionamiento y para mejorar el control de producción, permitiendo una mejor coordinación de las trabajos.

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[1]  El artículo, a pesar del tiempo transcurrido, puede ser considerado de actualidad, salvando algunos detalles temporales. Damos mucha importancia a la teoría de la antirriqueza desarrollada por el Dr, Foss y el desarrollo del concepto de las metanecesidades definidas por el Dr, Maslow. Se define así la misión de lo que denominamos astillero y en base a esta se señalan las misiones de los equipos de dirección de la producción. Importante novedad que se ofrece a la consideración del lector es el desarrollo del concepto “punto de presupuesto” sustituyendo a la “hora hombre” tradicional para la valoración de las tareas.

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