jueves, 15 de enero de 2015

TEMAS NAVALES 9.- CARENADO DE BUQUES SOBRE CAMAS ELÁSTICAS


Artículo publicado en la Revista Ingeniería Naval. ([1])
Septiembre 1979

RESUMEN
El carenado de buques muy pesados o con fuertes cargas concentradas requiere la varada en diques de características resistentes muy especiales.
La crítica situación por la que atraviesa el mercado de buques obliga a ciertos astilleros a modificar su estructura para dedicarse a tareas de reparaciones de buques en diques actualmente dedicados a la construcción de éstos. Asimismo la varada de buques de pesca con grandes trimados concentra en la popa pesos muy superiores a los permitidos.
El autor presenta un sistema de picaderos que permiten controlar los esfuerzos sobre lá solera del dique y desmontar y montar los picaderos rápidamente y sin grandes pérdidas de material.

SUMMARY
The drydocking of very heavy ships or with hard concentrated loads, requires the put on the bed at drydocks with very special and resistent characteristics.
The critical situation of the ships market at present will oblige certain shipyards to modify their structure in order to undertake ship-repairing at drydocks at present dedicated to the ship-building. Likewise, the put on the bed of fishing-ships with large trimming concentrates at bow weights over the ones permitted.
The author presents a skid system which permits controlling .the efforts on the drydock floor, as well as the assembly and disassembly of the skids fastly and without great losts of materials.

INDICE
1. EL BARCO VIGA FLEXIBLE,
2. ESTRUCTURA PRINCIPAL Y REFUERZOS LOCALES.
3, ACCIONES SOBRE EL CONJUNTO DE PICADEROS
4. DIFERENTES TIPOS DE CAMA DE VARADA.
4.1 . Elasticidad de los picaderos.
4.2. Comportamiento ante las sobrecargas.
4.3. Facilidad de desmontaje y nivelación.
4.4. Facilidad de mantenimiento.
5. EL PICADERO ELASTICO.
5.1. El perfil de goma.
5.2. El conjunto de cuñones.
5.3. Desmontaje de picaderos.
5.4. Ventajas del picadero elástico como repartidor de cargas.











miércoles, 14 de enero de 2015

TEMAS NAVALES. 8.- LA REPARACIÓN DE BUQUES EN ESPAÑA DE CARA A LOS AÑOS 80


Publicado en la revista ALTA DIRECCIÓN de Barcelona.
Año 1976


0.- ÍNDICE
1.
Resumen
2.
Situación actual de las reparaciones en España
3.
Un servicio técnico comercial de reparaciones navales
4.
Funciones a desarrollar por el servicio de reparaciones navales
5.
Tendencia del servicio
6.
Anexo 1º. Datos manejados
7.
Anexo 2º. Presupuesto para el centro de reparaciones
8.
Anexo 3º. Lista de precios en los años 1970 y 1975

1.- RESUMEN
Presentamos un trabajo que pretende añadir alga de luz al problema de la solución del incrementa del coste de la reparación naval, coste que aumenta, no sólo en valor de las facturas, sino en el tiempo preciso para la reparación, cosa, en el fondo, mucho más grave.
Por otro lado, el aumenta de precia no está producida par un mayor beneficio de las reparadores, el coste extra, muchas veces, se la lleva la desorganización, la falta de preparación de los equipos de trabaja y la falta de iniciativa de todos para introducir en la madera del problema la cuña de la solución.
El autor reparador de buques durante quince años se encuentra ahora en el campo de los armadores y pretende, por lo tanto, que su solución sea un puente de mutua comprensión.
Aunque el trabajo está centrado en buques con esloras emprendidas entre 100 y 150 metros, el campo permite alguna ligera ampliación y, desde luego, los principios básicos mantenidas pueden extrapolarse sin dificultad.

2.- SITUACIÓN ACTUAL DE LAS REPARACIONES EN ESPAÑA.
Un centro de reparaciones tiene como principal problema la saturación de sus instalaciones y medias humanas para poder tener unos índices de precios competitivos.
Este principio fundamental encuentra en la práctica infinidad de dificul­tades, pues obliga a tener preparadas unas instalaciones, en espera del cliente, que no siempre presenta un plan de obras acorde con el esquema organizativo del astillero.
La eliminación de servicios probables impide prestar un servicio rápido y eficiente, elevando los plazos de reparación en forma grave para los armadores, quienes muy frecuentemente se olvidan, a la hora de analizar las facturas, de esos ocultos gastos no incluidos en la literatura de la factura, pero implícitos en los costes que la misma refleja.
La saturación de las instalaciones que es, por lo tanto, prácticamente imposible, sobre todo si queremos prestar un servicio moderno y completo, hace que el astillero se limite a pretende alcanzar esta saturación únicamente en lo referente a los medios más importantes, tales como:
a} Diques secos o flotantes.
b} Muelles.
Los medios técnicos disponibles en las talleres sólo san saturados mediante trabajas marginales que permitan un cierto cómodo plazo de entrega. La no existencia de estas producciones marginales conducen a uno de las dos extremos siguientes:
1°) Fuertes incrementos en el coste de la hora trabajada al precisar in­crementar el mismo con los tiempos muertos. Por otro lado, se crea un clima de descontento en los operarios, que no consideran razonable que los incentivos de producción tengan fluctuaciones no dependientes de su esfuerzo, lo que lleva a una política de incentivos en escalera que encarece todavía más la producción.
Algo se puede paliar el efecto sobre el personal si se consigue que los operarios acepten el manejo de varias máquinas, mediante primas de doble o triple especialidad. De todas formas, la amortización y el mantenimiento de máquinas muy caras, tales como mandriladoras para timones o tornos para ejes, representan sumandos muy importantes que inciden muy desfavorablemente sobre el coste final. Esta multiplicación de especialidades es tanto más difícil cuanto mayor sea la factoría, y con vistas al futuro habrá de sopesarse con la opinión de los sindicatos.
2°) Subcontratación con talleres auxiliares de los trabajos menos im­portantes, reduciendo los talleres de forma que sólo atiendan a los trabajas que requieran instalaciones muy especializadas o costosas, estos términos son relativos y función de la zona geográfica en que nos movamos.
La solución reduce el problema en la parte en que se utilice, ahora bien, el coste de la hora se ve incrementado por el mayor salario del operario y por el gasto de estructura del taller. En mi opinión, este incrementa supera el 200 % (véase anexo 2) del jornal facturado. Independientemente de este incrementa que denominaremos legal, existe el vicio de considerar como plan­tilla propia a la subcontratada, afectándola de los mismos gastos de estructura y, de esta forma, distribuir éstos de manera más cómoda para los intereses del astillero.
La existencia de producciones marginales no es fácil y requiere un amplio campo de actuación comercial y que la situación del astillero se encuentre en áreas de fuerte demanda dé producción. Prácticamente se precisan, al menos, tres fuentes de actuación comercial:
Una calderería de paca calidad.
Una fabricación que requiera maquinaria ligera.
Una fabricación que requiera maquinaria pesada.
Aparte de que el momento actual no es el más adecuado para esperar tener éxito en esta línea, señalamos que consideramos cada vez más difícil resolver el problema por este camino.
Por último, la solución la buscan otros astilleros en el intenta de com­promiso entre las nuevas construcciones y las reparaciones, haciendo una bolsa común con las medios disponibles para ambas facetas de la producción. Nuestra experiencia a este respecto es clara: es un absoluto fracaso. Un armador debe de cuidarse mucho de enviar un barco a reparar a un astillero así organizado, no será posible conseguir una plantilla y unos medios adecua­dos en este tipo de astillero, a no ser que la planificación y el control de producción estén en un estado de organización lamentable. Hay muchas cosas que separan a dos fabricaciones, que sólo tienen en común el adjetivo del objeto sobre el que trabajan: La construcción naval y la reparación naval.
Afirmamos que el volante regulador de un centro de reparaciones nunca puede ser un centra de nuevas construcciones medianamente serio. Las repa­raciones de buques se caracterizan por ser unas producciones con fuerte valor añadido, con toda lo que esto trae consigo de alta dedicación personal de los mandos, se repara con el equipo tal, no con el astillero tal, los pocos materiales precisos requieren unas gestiones difíciles en relación a su importancia, y hay una alta cantidad de imponderables que descalifican cualquier organización rígida. Exactamente lo contrario de las nuevas construcciones, en las cuales el valor añadido es bajo, la calidad depende poco de actuaciones personales, los materiales son pocos en comparación con su precio y no debe haber muchos imprevistos, a poca organizado que esté el astillero.
De todas formas, dada la dificultad de saturación y las diferencias de trabajo (en tipo y cantidad) que se presentan en un centro de reparaciones, será necesario instalarlo en áreas con fuerte industria auxiliar, si es que que­remos que las reparaciones puedan representar un cierto papel en el concierto de la industria naval, ofreciendo precios y plazos adecuados.
Por otro lado, el problema de la saturación es un problema de mercado, y aquí, como en el resto de la industria naval, la oferta supera a la demanda (ver anexo 1). Sólo una muy agresiva acción comercial, dentro de España y del extranjero, puede garantizar los casi 100 buques por año que, por término medio, precisa un dique para saturarse, dada la pequeña obra de carenado que se efectúa hoy en día.
Esta acción comercial incrementa los costes en dos sentidos:
a.- el directo, de poca entidad, representado par los gastos de viajes y salarios de unos hom­bres altamente introducidos en el mercado,
b.- el indirecto, que representa los gastos de estructura de la empresa, ya que el éxito de la propaganda viene siempre unido a la pertenencia a ciertos grupos industriales que, a la hora de la verdad, sólo facilitan el nombre a cambio de un fuerte incremento en el coste de la estructura.
El astillero de reparaciones, normalmente, nace alrededor de un centro de nuevas construcciones. Era una solución sencilla para la regulación del per­sonal, pero le hacía participar en una fuerte estructura, muchas veces no precisa (salvo para los fines de propaganda): Además, el astillero de reparaciones se ha visto influenciado por tres graves males:
1.- Pertenece a un centro con gran número de obreros (cientos, e incluso miles) y se ve influido en su política salarial por las características de este tipo de centros de trabajo.
2.- Asimismo el aspecto indicado en el punto 1 influye sobre la jornada, laboral que no puede adecuarse a los intereses de la reparación de buques.
3.- La política de acopios del astillero es demasiado lenta para las necesidades de reparaciones.
      Las huelgas y, en general, el desequilibrio social son un fuerte repulsivo para- los buques extranjeros, lo que hace que la reparación de los mismos en nuestro país sea de difícil incremento en estas momentos.

3.- UN SERVICIO TÉCNICO COMERCIAL DE REPARACIONES NAVALES
El problema planteado tiene una solución clásica, en realidad no presenta mejora alguna, pues se trata de continuar como estamos: diversos centros de reparación en un régimen de competencia feroz procuran defenderse como pueden en un campo cuyas perspectivas de cara a los años 80 presentamos, o bien la organización de algo realmente nuevo que denominaremos un servicio técnico comercial de reparaciones navales.
3.1.- Solución clásica
Presentamos el cuadro núm. 1 (Anexo I) que desglosa el reparto entre los diferentes conceptos enunciadas en el mismo de 100 ptas., valor de cada año, en los años que estamos considerando.
La característica más destacada de las indicadas en este cuadro, al menos relativamente, es la disminución de la importancia de los materiales, lo que permitiría por sí solo un amplio estudio de la actuación en todo lo relacionado con la política de stocks de respetos con vistas a las reparaciones.
En el cuadro 1 del anexo 1ºse ha supuesto constante el margen del Astillero, coma es costumbre en las reparaciones sin presupuesto previo, ahora bien, el cuadro comentado considera un muy leve incremento de los gastos de estructura del astillero, realmente difícil de conseguir si queremos mantener una industria competitiva.
Presentamos asimismo el cuadro II del anexo 1º que nos muestra el incremento de coste de una unidad de producción con la actual pendiente de inflación que, por otro lado, consideramos constante, independientemente de la política eco­nómica del país, dada la gran incidencia de los jornales en los precios de reparaciones de buques.
Las estadísticas del autor, basadas en su experiencia durante 14 años en el Departamento de Reparaciones del astillero de Matagorda, habiendo reparada más de 1.500 buques, permiten considerar, en el campo de los grandes números, que un buque medio representa una inversión anual de 28,5 horas por metro de eslora, y supuesto unos gastos en jornales indicados en el cuadro III del anexo 1º con un régimen laboral de 24 días al mes, con 8 horas diarias de trabajo, podemos presuponer el gasto medio de reparación de un buque por metro de eslora en cada centro de reparaciones.
Para ello se ha de tener en cuenta que los operarios de las contratas han cobrado la hora aproximadamente un 120 % sobre la base de los operarios del astillero, resultando un salario mensual medio, el año 1975, de 30.169,71 ptas., supuesto que el personal de contrata alcanza unos ingresos de 32.389,20 pe­setas/mes.
Interesa destacar el hecho del mayor coste del personal subcontratado sobre el personal del astillero, mayor coste basado en igualdad de producción, y debida al hecho cierto de que el operario de contrata cobra más por hora de presencia, tiene mayor rendimiento, pero esto no compensa el beneficio y los gastos generales de la organización que los ocupa, y cuya cuantía no siempre se corresponde con los servicios que presta.
Presentamos por último un plan de previsiones resumido de un centro de reparacio­nes. Este plan de objetivos no es demasiado bueno, y aun así, no es un fruto madura al alcance de cualquiera. Los datos ofrecidos son, posiblemente, muy duros para un armador que puede ver en ellos un difícil futuro, pero no dejan de ser, al misma tiempo, un difícil objetivo para un astillero al que no acompañe una no muy pequeña dosis de suerte y un magnífico equipo, muy conjuntado, que ataque al problema con la ilusión requerida.
No sólo suerte y equipo técnico adecuado nos aseguran el éxito, se precisa complementar este soporte mínimo imprescindible con el añadido de una in­versión adecuada y con un mercado posible que asegure el mínimo de 500.000 horas productivas, bloque que justifica un centro de reparaciones.
En el cuadro I del anexo 2º nos atrevemos a presentar los grandes números que en 1975 definían un centro de reparaciones que denominamos como bloque unitario. Este bloque puede sufrir desviaciones en más o en menos que nos interesa analizar para conocer la fiabilidad de los resultados.
Así, si suponemos que se alcanzan las 600.000 horas productivas, esto será posible con un 10 % de horas extras propias y el resto a base de mayor con­tratación. Si sólo se alcanzan 400.000 horas productivas, el hecho habrá producido una espera de faena valorada en 30.000 horas en la plantilla propia, y gracias a una menor contratación de mano de obra de contratas valorada en 70.000 horas.
En el cuadro II del anexo 2º presentamos los resultados extremos definidos al influir sobre nuestra estructura, basada en la facturación de 500.000 horas y con unas variaciones en el coste de la hora trabajada que, a juicio del autor, se ajustan rigurosamente a la realidad, los hechos siguientes.
a.- La hora extra en un astillero se paga al operario con un incremento del 25 % sobre la hora normal.
b.- La hora de paro se paga con una disminución del 3 % sobre 1a hora normal.
Queremos significar que lo anteriormente indicado no quiere decir que el autor se considere partidario de admitir sobreprecios por trabajos en horas extra, que, si bien son más caras en pesetas pagadas al ope­rario, no por ello resultan más caras a la hora de considerar todos los su­mandos que integran un coste.
El coeficiente de influencia, que podemos deducir en el cuadro II del anexo 2º, nos permite observar la mayor­ sensibilidad a la baja que a la alta, lo que indica una cierta saturación de los medios peligrosa para un desarrolla en el futuro, aunque óptima con los actuales supuestos.
Extrapolando los cuadros I y II del anexo 2º, mediante la aplicación de los coeficientes de inflación considerados, podemos presentar el cuadro III del anexo 2º que pretende de­finir la situación prevista para el año 1980. Un análisis de este cuadro nos permite suponer que en 1980 los astilleros organizados al estilo de 1975 serán más rentables que hoy. Con una saturación incompleta y unos gastos de estructura mucho más elevados, todo lo cual se traduce en mayores beneficios o en menores plazos de amortización, ahora bien, ofrecerán al cliente a precios de 1980 servicios de 1975, y por ella serán vulnerables a cualquier innovación de alguien que ágilmente se plantee el tema, y se beneficie en provecho de su flota, o de flotas ajenas, organizando un servicio de reparaciones que me atrevería a llamar de país desarrollado. Desde el punto de vista del actual propietario de un astillero de reparaciones, la situación, crítica a corto plazo, es la siguiente: Nos encontramos con un astillero con un margen bruto de beneficios aceptable, pero no excesivo.
La cantidad que puede dedicar a amortización es reducida, lo que le obliga a mantener instalaciones obsoletas que, en cierta forma, le defienden de los que pretenden acercarse y hacerle la competencia con nuevas instala­ciones.
a.- Se ve en difícil situación a la hora de pretender plantearse nuevas instalaciones que no le encajan en el contexto formal de precios del campo de competencia en que se mueve.
b.- Se ve obligado a saturar sus medios.
3.2.- Solución propuesta
El armador ve el problema, no de distinta forma, pera sí desde distinto campo. El se preguntará después de admitir esa unidad básica de reparación, cuántas necesita y en qué lugar colocarlas. El armador se preocupará, aunque no se pueda ocupar, de la saturación de esos centros de reparación, pues fá­cilmente comprenderá que es la parte débil del negocio y que pagará los vi­drios rotos de un mal negocio al que obligatoriamente se ve conducido.
Consideramos que la solución que se encuentre ha de suponer que en el futuro será siempre lógica pensar que grandes inversiones con pequeñas ren­tabilidades deben plantearse por sociedades públicas o paraestatales y no por empresas privadas.
Supongamos que un armador o grupo de armadores se plantea el proble­ma y lo resuelve mediante lo que en este trabajo denominamos Servicio Téc­nico-Comercial de Reparaciones Navales.
¿Qué es un Servicio Técnico Comercial de Reparaciones Navales? Simple­mente una agrupación de armadores de buques que precisan un trabaja de mantenimiento cuyo volumen oscila alrededor de las 500.000 horas y que pre­sentan un frente común para resolver el problema.
Estadísticamente hemos de suponer que este grupo precisará contratar 150.004 horas con un centra de reparaciones, ya que su ejecución precisa de instalaciones importantes.
Se tendrá que organizar a lo larga de la costa, o en el área de la nave­gación del grupo, capaz de resolver, en el caso óptimo, la contratación de las 350.000 horas de trabajo restante, mediante la creación de servicios auxiliares suficientemente eficaces y seguros.
El coste de la hora contratada podrá oscilar alrededor del valor que con­sigue el astillero, pero siempre algo más favorable para el servicio por tener mayor posibilidad de variación de talleres auxiliares. Ahora bien, esta mejor contratación no se traducirá en beneficio económico, pues por otro lado, la hora trabajada a bordo será más cara.
Supongamos, asimismo, que la contratación en firme de las 150.000 horas que precisan, de estructura industrial importante, se puede efectuar con un descuento sobre factura del 10 %.
La aplicación del sistema propuesto puede mejorar la cuestión del coste de la reparación naval por dos caminos, el primero es la mejora de la gestión y la segunda el mejor aprovechamiento del personal. La diferencia, realmente notable, está justificada si recordamos que esta forma de actuación tiene las siguientes características:
a) Reducción considerable de los costes de reparación, achacándose esta rebaja a lo siguiente:
l. No existe beneficio en la gestión de subcontratación.
2. No se aplican cargas de estructura del astillero sobre horas subcon­tratadas.
3. Se nivelan los recursos posibles y los solicitados en cada centro in­dustrial.
4. Se puede reducir el beneficia de los centros industriales gracias a la contratación conjunta de una flota.
b) Posibilidad de reparar en varios puertas del litoral, lo que representa un mejor aprovechamiento de las recursos disponibles.
c) Reducción de los tiempos de parada del buque, y esto es debido a lo siguiente;
1. Un mejor estudia de la reparación como fruto del equipo técnico de­dicado al asunto.
2. Muchas obras se pueden efectuar durante el período útil del buque, bien en puerto, o bien navegando.
Insistimos que los ratios que nos han permitido pensar en la posibilidad de modificar el sistema de reparaciones son los mismos que nos indican que el umbral de la rentabilidad de una organización como la presentada está alrededor de las 500.000 horas de facturación al año.
Se podría pensar en organizar este Servicio como una Sociedad Anónima, con pequeña capital en manos de los armadores y proporcionalmente a la suma de las esloras que aporten con sus buques, algo que habría que considerar con respecto a la antigüedad relativa de cada buque.
Un servicio así organizado no requiere de una plantilla de personal ele­vada, aunque sí altamente cualificada y motivada con unos gastos anuales del orden de 25 millones (pesetas en 1975) y llegando a 44 millones (pesetas en 1980).
La denominación de servicio que a lo largo de este trabajo hemos dado al tipo de sociedad que proponemos como solución, no está arbitrariamente elegida, no tiene como objetivo una sociedad de este tipo el reparto de un dividendo,  sino el prestar un servicio al menor coste posible a sus socios, quienes se verán beneficiados por los servicios obtenidos y por los ahorros en la repa­ración de sus buques, como se demuestra a lo largo de este capítulo.

4.- FUNCIONES A DESARROLLAR POR ESTE SERVICIO
4.1.- Servicio de mantenimiento preventivo
Cada buque tendrá el libra de control que se establezca, en el que figurarán datos periódicos, suministrados por la tripulación, que servirán de índices para conocer el estado de conservación y preparar las listas de reparación.
La existencia de este archivo de datas y su alimentación continua tendrá como consecuencia secundaria una mejora en el mantenimiento del buque.
4.2.- Gestión de stock de repuestos
Optimización de la inversión efectuada, o no efectuada, organizando los stocks mínimos a bordo, los stocks de segunda línea en tierra y comprometien­do plazo y precio para los que no estén suministrados. Organización del suministra de las repuestos a los centros de reparaciones.
4.3.- Servicio de reparaciones a flote
Organización de equipos de reparaciones en los puertos de carga y des­carga, e incluso durante la navegación, que, baja la dirección del jefe de má­quinas, montador de la casa especializada, o un ingeniero de la organización, colabore con la tripulación o efectúe independientemente todas las reparacio­nes que no precisen obligatoriamente de dique o talleres del astillero, al estilo de lo que ocurre en aviación comercial, reduciendo por lo tanto, las obras de reparaciones, con parada del buque, a un mínimo.
Estos equipos tendrán que organizarse por regiones (Mediterráneo-Sur­-Norte), de acuerdo con las rutas que frecuenten los buques atendidos. Su base serían talleres ajenos, con los cuales se comprometerán mínimos de facturación para garantía del servicio, a precios discutidos, válidos para períodos grandes de tiempo.
4.4.- Presupuestos
Un gran grupo de buques puede obtener precios mejores, y 1o que parece más importante, plazos adecuadas, si actúa como un conjunto.
Los barcos con pequeñas reparaciones pueden ser muy interesantes para los astilleros si forman parte de una gran flota conjuntada en lo referente a su política de reparaciones
Se buscarían centras de reparaciones por zonas geográficas, a los que se obligaría a dar la lista de sus precios unitarios y costes horarios que servirían de base para conocer de antemano el volumen económico de la reparación.
Se tendería a buscar una mayor afinidad, mediante la creación de con­tratos de fidelidad que llegasen a un grado de integración tan amplio tamo sea recomendable.
4.5.- Programación de los trabajos
Se efectuará un programa detallado en tiempos para la ejecución de los trabajos conocidos con anterioridad a la parada del buque, analizando, con un criterio realista, las listas de las reparaciones, disminuyendo a un mínimo los trabajos extras.
Estas programaciones, tipo Pert a Gang, se discutirán con el astillero que efectúe la reparación, responsabilizando al mismo de su cumplimiento. 
4.6.- Inspección de las reparaciones
Se montará un servicio centralizado de inspectores que vigile la obra y la conozca desde el presupuesto hasta la liquidación de la factura.
El armador recibirá, asimismo, un informe detallado de la reparación, junto con una opinión sobre la situación general del barco después de la re­paración.
La inspección se encargará, además, de todos los problemas técnicos y legales de la reparación, contactando con la oficina técnica del grupo y/o con las autoridades de Marina y/o con los inspectores de las compañías de seguros. Al respecto, se ha de poner todo el interés en conseguir optimizar el coste de los seguros mediante la regularización de los servicios.
4.7.- Aceptación de las facturas y de las formas de pago
El servicio analizará las facturas con el cuidado requerido, desglosándolas en los conceptos de gastos que se creen, con vistas a su mejor análisis y mejor conocimiento para futuras reparaciones.
Asimismo, se estudiarán los descuentos aplicados en función del volumen de reparaciones.
Se actuará así mismo en la forma de pago, procurando hacer el mejor uso posible del crédito de la flota y/o de los astilleros, optimizando el resultado.

5.- TENDENCIA DEL SERVICIO
El servicio de reparaciones de una naviera ha de estar orientado hacia dos objetivos:
1.- Mejorar el trabajo reduciendo los plazos y los precios.
2.- Incrementar la relación con otros armadores tendiendo a incrementar la demanda de trabajo ante los centros de reparación buscando dos subobjetivos:
a.- Influir favorablemente en la mejora del servicio
b.- Obtener un precio más competitivo
Se dibujan los siguientes objetivos para una posible asociación de empresas armadoras:
a.- Participación en un astillero del norte, zona Oviedo-Santander-Vizcaya, capaz de varar los buques más grandes de los comprometidos como socios de forma que se puedan controlar los precios y las inversiones, manteniéndolas dentro de las necesidades de una moderna tecnología.
b.- Participación en un astillero de Galicia, con iguales fines.
c.- Participación en un astillero de Andalucía Occidental, con iguales fines.
d.- Participación en un astillero de la zona de Valencia-Cataluña, con igua­les fines.
En los cuatro astilleros el Servicio formaría parte del Consejo de Admi­nistración, asegurando de esta forma un buen trato a los buques asociados, sin precisar de grandes inversiones ni riesgos comerciales importantes. Formar una subcontrata de cada una de los gremios siguientes, en cada una de las zonas indicadas anteriormente;
a.- Mecánicos de monturas a flote capaces de revisar una cámara de má­quinas y con un taller elemental para la revisión de la misma.
b.- Tuberos con talleres elementales de forja y soldadura de tubos.
c.- Mecánicos de equipo y habilitación can un pequeño taller,
d.- Electricistas con talleres al menos para revisión, bobinado y secado de motores.
e.- Carpinteros de ribera y ebanistas para reparación de muebles y ha­bilitación.
f.- Pintares con equipo para el tratamiento superficial de las planchas de acero.
En estos talleres, el Servicio colaborará con su dirección técnica y ayu­dará a formarlas, participando con una pequeña cantidad en su capital social, lo indispensable para poder formar parte del Consejo. Estos talleres tenderán a ser rentables, independientemente de los' barcos del Servicio, pero se pro­curará dar un trato preferente a éstos mediante la oportuna compensación económica.
Los beneficios que aporten las participaciones en las sociedades del "Hol­ding" de Reparaciones que se pretende crear, serán para sus socios y por ella re­presentarán, salva impuestos, una real deducción de los costes de manteni­miento de las buques.
El Servicio de Reparaciones no ha de olvidar ni la faceta de los seguros de los buques y sus mercancías, ni la faceta de la financiación. Se procurará conseguir un seguro colectivo para los buques, diferenciando el seguro de averías del seguro por pérdida total, capaz de cubrir el servicio de los buques asociados.
Por último se pondrá en acción un servicio de crédito a las reparaciones que complemente la función del seguro del barco.

6.- ANEXO 1º. DATOS MANEJADOS
Cuadro I.- Desglose previsible de los costes de un centro de reparaciones

Concepto/año
1975
1976
1977
1978
1979
1980

Materiales
10,00
9,66
9,32
9,00
8,69
8,39

Jornales propios
6,97
7,00
7,03
7,06
7,09
7,12

Jornales contratas
19,52
19,60
19,69
19,77
19,86
19,94

Estructura del astillero
27,89
28,04
28,18
28,31
28,43
28,56

Estructura de las contratas
15,62
15,70
15,78
15,86
15,93
15,99

Margen del astillero
20,00
20,00
20,00
20,00
20,00
20,00

TOTAL
100
100,
100
100,
100,
100,

Cuadro II.- Previsión de inflación y mejoras salariales

Concepto/año
1975
1976
1977
1978
1979
1980

Producción por unidad monetaria
1,000
0,862
0,743
0,641
0,552
0,476
Cuadro III.- Desglose del salario medio de un astillero en el año 1975

Ingreso en mano
15.000 pts.
55,57 %

Seguridad Social
9.915 pts.
36,74 %

Vacaciones
2.076 pts.
7,69 %

TOTAL
26.991 pts.
100 %

7.- ANEXO 2º.- PRESUPUESTO PARA EL CENTRO DE REPARACIONES
Cuadro I.- Línea presupuestaria

Horas productivas
Plantilla productiva propia
Plantilla de la estructura
Plantilla total
Coste de estructura propia
Coste indirecto
Coste mantenimiento
Coste estructura societario
Gastos financieros
Amortizaciones
Valor de las instalaciones
Facturación
Beneficio y margen
500.000
71
30
101
84.368.000
14.575.000
29.150.000
16.874.000
7.562.000
16.207.000
194.490.000
302.474.000
60.491.000
Horas
Operarios
Operarios
Operarios
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Pesetas (1975)
Cuadro II.- Resultados previstos para el año 1975

Horas productivas
Plantilla propia productiva
Coste plantilla propia
Plantilla ajena
Coste plantilla ajena
Coste estructura (personal)
Coste estructura (mantenimiento)
Coste estructura (societario)
Coste estructura (financieros)
Coste estructura (amortización)
Coste estructura de las contratas
Materiales
Facturación
Margen y beneficio
Horas
Horas
Pesetas
Horas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
Pesetas
400.000
120.000
20.875.851
280.000
47.234.250
14.575.140
23.320.224
16.873.684
6.049.473
16.207.475
37.801.436
24.196.491
241.978.947
34.844.923
600.000
165.000
28.994.238
435.000
73.381.781
21.862.710
34.980.336
16.873.684
9.074.210
16.207.475
58.727.232
36.294.736
362.968.421
66.572.014
Cuadro III.- Resultados previstos para el año 1980

Horas productivas

400.000
500.000
600.000


Plantilla propia productiva (horas)
Coste plantilla propia
Plantilla ajena (horas)
Coste plantilla ajena
Coste estructura (personal)
Coste estructura (mantenimiento)
Coste estructura (societario)
Coste estructura (financieros)
Coste estructura (amortización)
Coste estructura de contratas
Materiales
 Facturación
Margen y beneficio

       120.000
43.853.182
280.000
99.227.017
28.063.187
41.098.203
92.599.569
14.003.507
16.207.475
53.982.000
60.224.561
560.140.350
110.881.649
150.000
44.296.144
350.000
124.033.772
28.063.187
51.372.753
92.599.569
17.504.385
16.207.475
67.477.500
75.280.701
700.175.438
183.339.952
165.000
49.833.162
435.000
154.156.259
42.094.781
61.647.304
92.599.569
21.005.065
16.207.475
80.973.000
90.336.842
840.210.526
231.357.069

                     Nota: cifras en pesetas de 1980

8.- ANEXO 3º.- LISTA DE PRECIOS EN LOS AÑOS 1970 Y 1975
Precios en pesetas de cada año

Limpieza para reconocimiento de un tanque D.F. de 100 T, de capacidad, destinado a agua de lastre
8.000,00
20.368,00

Rascado, cepillado y tres manos de pintura en fondos can materiales suministrados por el ar­mador (por m2)
24,50
68,00

Por kg, de acero renovado en el fondo (plano y sin auxilios)
44,00
132,00

Renovar 3 metros de tubería recta en cámara de máquinas, con un diámetro de 4"
5.336,00
9.135,00

Renovar 10 kg, de zines electrógenos en codaste
1.335,00
1.944,00

Desmontar, rascar, limpiar, pintar y montar una rejilla de toma de mar de 10´´ de diámetro, incluida limpieza y pintado del nido
3.096,00
4,590,00

Abrir, limpiar, reconocer, esmerilar y montar, re­novando juntas y empaquetadura, una válvula de 6´´ de diámetro
2.496,00
4.320,00

Supuesto un buque de 5.000 TRB, efectuar la obra siguiente:

Desmontar, limpiar y montar la hélice
33.980,00
57.780,00

Por desmontar un eje de cola, reconocer, tomar calibraciones y volver a montar, renovando em­paquetadora
49.025,00
72.080,00

Desmontar , reconocer, calibrar el casquillo del timón y volver a montar, renovando la empa­quetadura
50.710,00
83.700,00

Entrada y salida de dique, incluidas 24 horas de estadías, con servicio de agua, electricidad y contraincendios
36.000,00
48.940,00

Servicio unitario de remolcador para maniobra
2.475,00
10.849,00

8.1.- Análisis ante esta situación inflacionista
La tendencia, con la estructura de coste normal de reparaciones puede ser la siguiente;
De cada 100 jornales el 70 % de los mismos pertenecen a subcontra­tistas cuyos jornales pueden ser un 20 % superior a los normales, pero cuyos gastos generales, sobre jornales, son sólo la quinta parte de la de un astillero.
El coste medio de los jornales, en función del jornal medio que deno­minamos Jm será:
Jornales propios:                 0,3Jm x (1 + 4)
Jornales ajenos:                   0,7 x Jm x 1,2 x (1 + 0,8)
Coste medio resultante: 3,012 x Jm




[1] Este artículo trata de desarrollar un sistema de organización de las reparaciones navales descentralizado, que puede agrupar a una o a varias navieras, en el que se pretende un mejor aprovechamiento de la mano de obra y un mejoramiento del stock y adquisición de los materiales precisos. Se hace el estudio en 1975 con un techo hasta 1980. La antigüedad del trabajo hace obsoletos los datos aportados aunque la teoría que se aporta sigue siendo válida. El empleo de mano de obra subcontratada trae consigo una disminución de la mano de obra comprometida en la operación gracias, especialmente, a la posibilidad de aumentar el campo de actuación de cada operario.